01 -
Empieza con una olla grande y échale mucha sal - ¡hablamos de agua que sepa como el mar! Es tu oportunidad para sazonar los fideos desde dentro.
02 -
Hierve la pasta hasta que esté casi al dente - sácala un minuto antes de lo que indique el paquete. La terminaremos en la salsa para lograr esa textura perfecta. ¡Confía en el proceso!
03 -
Mientras la pasta se cocina, coge una sartén y saltea el ajo picado hasta que esté doradito y tu cocina huela de maravilla. Consejo rápido: guarda algunos trocitos crujientes para decorar - ¡nos lo agradecerás!
04 -
Si te apetece picante, añade los copos de chile con el ajo. Luego incorpora la mantequilla y la salsa de setas, deja que burbujee felizmente unos 2 minutos, tapado. ¡Aquí es donde sucede la magia!
05 -
Cuando la pasta esté lista, reserva una taza del agua de cocción (¡es oro líquido!), y escurre el resto. Mezcla los fideos con la salsa de ajo, añadiendo chorros de agua de pasta hasta que quede sedoso y jugoso - ¡nada seco!
06 -
Sazona con sal y pimienta hasta que esté perfecto, luego cúbrelo con queso parmesano. Ten a mano agua de pasta por si tus fideos necesitan más jugosidad.
07 -
Decora con los trocitos de ajo crujiente reservados, cebollino fresco, semillas de sésamo y una lluvia extra de parmesano. ¡Cada plato debe parecer una obra de arte!