01 -
Pon la panceta en una sartén grande a fuego medio. Cocina hasta que esté dorada por ambos lados, volteándola ocasionalmente. Si ves que empieza a salir demasiado humo, baja un poco la temperatura, a un nivel medio o medio-bajo suele ser ideal. Cuando esté crujiente, pásala a una tabla con servilletas para absorber la grasa sobrante. Una vez que enfríe lo suficiente, córtala en trozos pequeños y reserva.
02 -
Si prefieres, puedes hornear la panceta. Colócala en una sola capa sobre una bandeja cubierta de papel encerado. Métela en el horno FRÍO y luego ajusta la temperatura a 220°C. Hornéala durante 15 a 25 minutos dependiendo de qué tan crujiente la quieras. Este método no requiere atención constante, ideal mientras preparas otros ingredientes.
03 -
Mientras cocinas el tocino, mezcla en un bowl mediano el queso rallado, los huevos, la pasta de chipotle, la sal, el ajo en polvo y suficiente pimienta negra recién molida. Bate todo hasta que obtengas una mezcla uniforme y con un color rojo-anaranjado vibrante. Aparta mientras cocinas la pasta.
04 -
Llena una olla grande con agua y llévala a ebullición. Agrégale una buena cantidad de sal (el agua debería saber como agua de mar). Pon la pasta que prefieras y cocínala según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente, o sea, firme pero ya cocida. Antes de colarla, aparta una taza del agua de cocción, luego drena la pasta.
05 -
Rápidamente, regresa la pasta caliente a la olla vacía (sin fuego). Vierte de inmediato la mezcla de huevo y usa pinzas para revolver la pasta y cubrirla bien. El calor de la pasta cocinará suavemente los huevos para crear una salsa sedosa; ¡no debería parecer revuelto! Poco a poco agrega ½ taza del agua reservada, mientras mezclas constantemente para lograr una textura cremosa y brillante. Si te parece que necesita más agua, agrega un poco más, pero en pequeñas cantidades.
06 -
Divide la pasta en platos o bowls tibios. Reparte los trozos de tocino por encima, luego espolvorea con queso rallado extra, rodajas de cebolla cambray y un toque de semillas de sésamo tostadas. Si quieres un contraste de sabor fresco, agrega un poco de ralladura de limón al final. Sirve de inmediato para disfrutarla cremosa y caliente.