01 -
Comienza enjuagando bien el arroz en un colador fino - ¡este pequeño truco marca la diferencia entre conseguir un arroz esponjoso o una masa pegajosa!
02 -
Derrite la mantequilla en una cazuela a fuego medio hasta que burbujee. Añade la cebolla picada y déjala cocinar hasta que los bordes se vean doraditos, unos 3-4 minutos.
03 -
Ahora viene lo bueno - agrega el arroz lavado, el caldo, la leche y todos esos sabrosos condimentos. Revuelve todo bien, espera que empiece a hervir suavemente, luego tapa y baja el fuego al mínimo.
04 -
Deja que se cocine sin tocar (¡no mires!) durante 18-20 minutos, o hasta que el arroz esté tierno y haya absorbido casi todo el líquido sabroso.
05 -
Llega la mejor parte - quita la cazuela del fuego, añade el queso rallado y esponja todo suavemente con un tenedor hasta que quede cremoso e irresistible. ¡Sírvelo mientras está calentito!