01 -
Corta los palitos de queso en tres trozos cada uno. Mételos al congelador unos 30 minutos hasta que estén bien firmes.
02 -
Prepara tres platos hondos: uno con harina, otro con huevos batidos, y el último mezclando pan rallado, parmesano, condimento italiano, ajo en polvo y sal.
03 -
Saca los trozos de queso congelado y rebózalos primero en harina (sacude el exceso), luego báñalos en huevo, y finalmente envuélvelos en la mezcla de pan rallado. ¿Los quieres super crujientes? ¡Pásalos otra vez por huevo y pan rallado!
04 -
Coloca los trozos empanizados en una bandeja y mételos al congelador otros 15-20 minutos. Esto evita que se derritan durante la cocción.
05 -
Para freír: Calienta unos 5 cm de aceite a 180°C y fríe por tandas durante 1-2 minutos hasta que estén dorados. Para hornear: Precalienta el horno a 200°C, rocía los bocaditos con spray de cocina y hornea 8-10 minutos hasta que estén crujientes.
06 -
¡Llévalos a la mesa mientras están calientes! Sírvelos con salsa de tomate, alioli o cualquier salsa que te encante.