01 -
Pon el horno a calentar a 190°C y mientras tanto engrasa un molde para 12 muffins. Un poco de spray de aceite de oliva está genial, pero mantequilla o lo que tengas a la mano también sirve.
02 -
En un bol grande, mezcla bien la harina, la levadura, el orégano, el ajo en polvo, la sal y la pimienta. ¡Dale una olida, seguro ya te empieza a recordar a pizza!
03 -
Pon en otro bol los huevos, la leche, el aceite de oliva y la salsa de tomate. Bate hasta que veas todo bien mezclado y con un color rojito que te hará pensar en una tarde soleada en Nápoles.
04 -
Agrega la mezcla líquida a los secos y combina todo despacio hasta que quede bien integrado. No te preocupes si queda un poquito grumosa, eso está bien.
05 -
Añade 3/4 de taza de mozzarella rallada, los 3/4 de taza de chorizo y todo el parmesano. Revuelve con cuidado para que todo quede bien repartido.
06 -
Llena cada espacio del molde de muffins un poco menos de la mitad con la masa. Luego toma un cubo de mozzarella y ponlo justo en el centro. ¡Esto será el centro sorpresa!
07 -
Cubre los cubos de queso con más masa hasta que queden escondidos. Luego espolvorea el resto de mozzarella rallada y los mini trozos de chorizo encima. Presiónalos un poquito para que no se caigan al hornear.
08 -
Lleva al horno y cocina por unos 15 a 18 minutos. Sabes que están listos cuando los bordes estén dorados y el queso esté todo bien derretido y burbujeante.
09 -
Cuando los saques del horno, dales unos 5 minutos para que enfríen un poco y sea más fácil sacarlos del molde. Si necesitas, pasa un cuchillo con cuidado alrededor para soltarlos.
10 -
Acomoda los muffins en un plato mientras estén calientitos y pon un bowl con salsa de tomate al centro para acompañar. ¡Verás cómo desaparecen rápido, especialmente cuando encuentren el queso derretido dentro!