01 -
Calienta el aceite de oliva en una sartén antiadherente. Añade la espinaca y déjala cocinar unos 5-6 minutos hasta que se marchite. Agrega una pizca de sal, revuelve y pásala a un plato. Limpia la sartén con una servilleta de papel.
02 -
Unta mantequilla blanda por un lado de cada rebanada de pan. Coloca dos rebanadas en tu sartén, con el lado untado hacia abajo.
03 -
Distribuye los tomates secos picados sobre el pan, presionándolos suavemente. Cubre con la mitad del feta y cheddar, luego añade la espinaca cocinada. Termina con los quesos restantes y espolvorea con orégano y chile triturado.
04 -
Tapa cada sándwich con las rebanadas de pan sobrantes, con el lado untado hacia arriba.
05 -
Cocina a fuego medio durante unos 5 minutos hasta que la base esté dorada. Da la vuelta con cuidado y cocina otros 5 minutos hasta que ambos lados estén tostados y el queso se haya derretido.
06 -
Si te apetece, añade un poco más de orégano y chile triturado, y un chorrito de miel por encima. Sirve mientras está caliente y el queso derretido.