01 -
Mezcla la levadura en la leche tibia con un poco de azúcar y déjala espumar. Mientras tanto, combina la harina, mantequilla blanda, azúcar y huevo en un recipiente grande. Cuando la levadura esté lista, agrégala y amasa todo hasta lograr una textura suave. Deja que suba en un lugar cálido por una hora.
02 -
Durante el reposo de la masa, derrite mantequilla en una sartén. Añade la miel y el azúcar, luego incorpora las almendras. Cocina la mezcla hasta que adquiera un bonito tono dorado. Resérvala para después.
03 -
Cuando la masa haya duplicado su tamaño, presiónala para sacar el aire y extiéndela en un molde engrasado. Vierte por encima la mezcla dorada de almendras. Métela en el horno a 180°C durante unos 25-30 minutos hasta que quede doradita y perfecta.
04 -
Bate la nata con azúcar hasta conseguir picos firmes. Para la parte de natillas, calienta la leche con azúcar y maicena, removiendo hasta que espese. Deja que se enfríe e incorpora suavemente la nata montada.
05 -
Una vez que el bizcocho esté completamente frío, córtalo por la mitad horizontalmente. Extiende el relleno cremoso sobre la mitad inferior y coloca la parte superior encima. Guárdalo en la nevera un par de horas para que cuaje bien.