01 -
Llena una olla grande con agua y echa un chorrito de aceite de oliva (esto evita que se peguen los fideos). Lleva el agua a ebullición y agrega los fideos de camote. Cuécelos unos 5-6 minutos, hasta que estén suaves pero aún tengan algo de elasticidad (¡nada de fideos blandos!). Sácalos, drénalos con un colador y enjuágalos con agua fría para detener la cocción. Con tijeras de cocina, corta los fideos un poco para que sean más fáciles de mezclar luego.
02 -
Calienta una sartén grande a fuego alto hasta que esté bien caliente. Pon las rodajas de carne de res a cocinar (no necesitas añadir aceite porque la carne soltará grasa). Cuando empiece a dorarse, añade la mitad de la salsa de soya, un buen chorro de aceite de sésamo y la mitad del azúcar moreno. Mezcla bien todo y cocina hasta que la carne ya no esté rosada, unos 3-4 minutos. Evita cocinarla demasiado para que no se endurezca. Retira la carne de la sartén y resérvala en un plato.
03 -
En la misma sartén (no la laves, esos jugos de la carne son sabor puro), vierte el aceite de oliva y deja que se caliente un momento. Agrega las zanahorias y la cebolla en rodajas. Revuelve bien y cocina hasta que las verduras empiecen a ablandarse pero aún estén crujientes, unos 3-4 minutos. Incorpora el resto de la salsa de soya, el aceite de sésamo y el azúcar moreno, y mezcla hasta que todo quede bien cubierto. Deben quedar brillantes pero sin estar nadando en la salsa.
04 -
Añade el ajo picado y la mayoría de los trozos de cebolla de cambray (reserva un poco para decorar al final). Revuelve continuamente durante un minuto o hasta que el ajo suelte su fragancia deliciosa. Pero cuidado, ¡que no se queme! Ahora pon las hojas frescas de espinaca. Aunque al principio parezca enorme la cantidad, verás cómo rápidamente se reducen al mezclarlas con las verduras calientes. Una vez que la espinaca esté apenas marchita (tardará solo 1-2 minutos), retira la sartén del fuego.
05 -
Busca un bol grande, porque aquí es donde se combina todo. Añade los fideos cocidos, la carne y las verduras. Usando pinzas o palillos, mezcla suavemente hasta que todo quede bien incorporado. Los fideos deben estar cubiertos por la mezcla de salsa y aceite. Si queda un poco seco, añade más aceite de sésamo al gusto.
06 -
Sirve tu japchae en un platón grande o en porciones individuales. Decora con los trocitos de cebolla de cambray que reservaste antes, para darle un toque fresco. Puedes servirlo tibio o a temperatura ambiente; ambas opciones están deliciosas. Para un banquete coreano auténtico, acompáñalo con kimchi y arroz blanco al vapor, pero también es perfecto como plato único.