01 -
Pon tu horno a precalentar a unos 200°C. Cubre una bandeja con papel para hornear y rocía un poco de aceite para que nada se pegue.
02 -
En un tazón, combina el pan rallado, la leche, el aceite de oliva, el ajo en polvo, la sal y el huevo. Déjalo reposar un momento para que el pan absorba todo.
03 -
Añade el pollo picado y el queso rallado. Mézclalo hasta que todo quede integrado de manera uniforme.
04 -
Con las manos ligeramente húmedas, haz entre 18 y 20 albóndigas del mismo tamaño. ¡Esto ayuda a que no se te peguen los dedos!
05 -
Coloca las albóndigas en la bandeja y aplícales un poquito de spray en la parte superior para darles ese toque dorado.
06 -
Hornéalas unos 20 minutos. ¿Quieres que se vean más doradas? Al final, prende el grill un par de minutos y obsérvalas de cerca. Cómelas con tu salsa favorita o añádelas a un buen plato de pasta.