01 -
Calienta el horno a 190°C (375°F). Esta es la temperatura ideal para que el pollo quede dorado por fuera y término jugoso por dentro. Mientras el horno se calienta, aprovecha para alistar los ingredientes.
02 -
Con un cuchillo afilado, realiza un corte a lo largo de cada pechuga de pollo, creando un bolsillo profundo. No cortes completamente, deja espacio para que el relleno quede dentro sin salir. Si las pechugas son gruesas, coloca la mano encima para controlar la profundidad mientras cortas.
03 -
En un bol, mezcla con suavidad el queso mozzarella, las espinacas y los pimientos en tiras. Esta combinación te dará sabores deliciosos: la cremosidad del queso, la frescura de las espinacas y el toque dulce y ahumado de los pimientos.
04 -
Abre los bolsillos de las pechugas y reparte la mezcla de queso, espinacas y pimientos de forma equitativa. Aprieta suavemente para que el relleno quede dentro. Si necesitas, usa palillos de madera para cerrar los bordes y evitar que el relleno se salga al cocinar.
05 -
En un pequeño bol, mezcla el aceite de oliva con el ajo en polvo, las hierbas italianas y una pizca generosa de sal y pimienta. Remueve bien hasta que todo esté integrado. Este aceite aromático aportará mucho sabor y ayudará a que el pollo quede dorado mientras se hornea.
06 -
Con un pincel de cocina (o con tus manos si no te importa ensuciarte un poco), unta las pechugas rellenas con la mezcla de aceite y especias. Asegúrate de cubrir ambos lados y todas las esquinas para intensificar el sabor.
07 -
Coloca las pechugas sazonadas en una fuente para horno que sea lo suficientemente grande para que no queden amontonadas. Lleva la fuente al horno precalentado y hornea entre 25 y 30 minutos. Estarán listas cuando el pollo esté bien cocido y no tenga color rosado por dentro. Idealmente, usa un termómetro de cocina y asegúrate de que la temperatura interna alcance los 74°C (165°F) en la parte más gruesa.
08 -
Al sacar el pollo del horno, déjalo reposar por unos 5 minutos antes de servir. Este paso es clave para que los jugos se distribuyan y el pollo quede más jugoso. Recuerda quitar cualquier palillo antes de servir. Me gusta cortar las pechugas en diagonal para mostrar el relleno brillante dentro.