01 -
En un recipiente, mezcla la salsa teriyaki con el ajo picadito, el jengibre rallado, el azúcar moreno (o miel si lo prefieres) y un chorrito de aceite de sésamo. Pruébala para asegurarte que tiene un buen equilibrio entre dulce y salado.
02 -
Coloca los filetes de salmón en un plato hondo y báñalos con la mezcla que acabas de preparar. Asegúrate que cada trozo quede bien cubierto. Déjalos en la nevera entre 30 minutos y 2 horas, ¡pero no más tiempo o quedarán demasiado salados!
03 -
Calienta el horno a 200°C. Mientras se calienta, forra una bandeja con papel de hornear y saca el salmón de la nevera para que pierda el frío.
04 -
Vierte el adobo sobrante en una cacerola pequeña y déjalo hervir a fuego lento unos 5 minutos hasta que espese un poco. Esta será tu salsa para pincelar después.
05 -
Coloca los filetes en la bandeja con la piel hacia abajo. Hornéalos durante 12-15 minutos hasta que se desmenucen fácilmente. En los últimos minutos, pincela el salmón con la salsa espesada para darle más sabor.
06 -
Deja reposar unos minutos y luego espolvorea por encima las cebolletas y las semillas de sésamo. ¡Ya está listo para disfrutar!