01 -
Con las manos limpias, toma una porción del tamaño de 1/3 taza de la mezcla de papa. Dale forma de disco de unas 2-3 pulgadas de diámetro y un grosor de 1/2 pulgada. No aprietes demasiado para que queden ligeras. En un plato poco hondo pon el pan rallado y cubre cada una de las tortitas por completo, presionando ligeramente para que se adhiera bien.
02 -
En un bowl grande mezcla el puré de papas, el queso rallado, el tocino desmenuzado (o la opción de verduras salteadas), el cebollín si decides usarlo, el ajo en polvo, y agrega sal y pimienta al gusto. Revuelve todo hasta que quede bien integrado. Pruébalo y ajusta el sazón si crees que le falta algo. ¡Es el momento de perfeccionarlo!
03 -
En una sartén amplia, calienta suficiente aceite para cubrir el fondo, aproximadamente 1/4 de pulgada. Usa fuego medio y espera hasta que el aceite esté bien caliente (brillante pero sin humo). Pon las tortitas con cuidado, dejando espacio entre ellas. Fríelas por unos 3-4 minutos por cada lado, hasta que estén crujientes y doradas. Si ves que se doran demasiado rápido, ajusta el fuego.
04 -
Saca las tortitas fritas y colócalas en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Déjalas enfriar un par de minutos para no quemarte al probarlas. Sirve cuando aún estén calientitas, solas o acompañadas con crema ácida o una ensalada verde fresca al lado. ¡Están buenísimas!