
Esta sabrosa sopa de verduras con fideos es mi favorita cuando hace frío. La mezcla de verduras frescas con unos fideos suaves en un caldo cremoso es justo lo que se antoja para reconfortar cuerpo y corazón en los días frescos—ideal para esas noches en que todo lo que quieres es algo caliente y llenador.
Inventé esta sopa un día helado porque tenía antojo de algo casero y sin ganas de salir de compras. Usé lo que había guardado y, desde entonces, la piden un montón cada vez que alguien viene a cenar.
Ingredientes
- Mantequilla: Da ese rico sabor y sirve para sofreír las verduras
- Harina de trigo común: Espesa la sopa y le da cuerpo
- Ajo y cebolla: El toque clásico y aromático al empezar
- Apio y zanahoria: Es la base tradicional que le queda bien a toda sopa rica
- Brócoli en ramilletes: Más textura y nutrición
- Guisantes verdes: Aportan color y dulzor natural
- Maíz dulce: Rompe la textura y deja un saborcito agradable
- Judías verdes: Más crujientes después de cocidas
- Pimiento rojo: Tomar color, dulzura y vitamina C
- Tomillo seco: Un fondo de hierbas que acompaña super bien
- Leche y nata: Logran la textura suave sin sobrecargarla
- Caldo de verduras: Es el líquido principal y da gusto
- Fideos: Absorben los sabores y hacen la sopa más completa
Rápidas Instrucciones
- Acaba con la nata:
- Cuando los fideos estén listos, remueve con la nata. Eso le da el toque final cremoso. Apaga el fuego enseguida para que no se corte.
- Cuece los fideos:
- Echa los fideos crudos en la sopa que ya hierve. Unos 10-15 minutos, depende del tamaño. Van pillando sabor mientras se hacen blanditos.
- Echa verduras y sazona:
- Pon guisantes, maíz, brócoli, pimiento rojo, tomillo, sal, pimienta y, si quieres, un poco de chile en polvo. Estas verduras van al final para que queden coloridas y firmes. Revuelve y en dos minutos está.
- Forma la base de la sopa:
- Cuando la harina ya no huela cruda, agrega una taza de caldo. Remueve bien y asegúrate de que no haya grumos. Luego vierte el resto de caldo y la leche. Mezcla todo y deja espesar un par de minutos.
- Haz el roux:
- Pon la harina sobre las verduras ya pochadas y remueve por uno o dos minutos. Así quitas el sabor a crudo y logras que la sopa engorde. No dejes de mover para que no se pegue.
- Crea la base vegetal:
- Agrega el apio y la zanahoria troceados al principio y cocina unos minutos hasta que ablanden un poco. Suma el pimiento rojo y las judías verdes y da unas vueltas más hasta que queden con buena textura.
- Sofríe los aromáticos:
- En una olla grande a fuego medio, derrite la mantequilla. Añade ajo y cebolla picaditos y dales vueltas 3 o 4 minutos, hasta que suelten olor y se vean brillantes.

Me fascina cómo algo tan sencillo como las verduras puede ser tan especial. El maíz es mi parte favorita—cada bocado salta de sabor. Antes mis niños ni probaban verduras y ahora me la piden cada semana. Se nota que las cremas hacen milagros.
Cómo Guardar
Si te sobra, pásala a un táper cerrado y métela a la nevera (aguanta tres días genial). El sabor mejora de un día a otro. Los fideos pueden chupar el caldo, así que dale un chorrito de leche o caldo al recalentar. Si la quieres tener más tiempo, congélala sin fideos hasta por 3 meses y solo añade pasta recién hecha cuando la calientes otra vez—queda mucho mejor así.
Cámbiala a tu Manera
Esta sopa se puede ajustar a lo que tengas a mano. En invierno, prueba sumando nabos, chirivía o camote. Cuando calor, puedes usar calabacín, calabaza amarilla o un puñado de hierbas frescas como albahaca o eneldo. Si te apetece más proteína, añade garbanzos o alubias blancas al final. Si quieres que no lleve lácteos, usa aceite de oliva y troca la leche por bebida de almendra o coco. ¡Se adapta sin problema!
Cómo Servir
Sirve la sopa caliente en un buen plato hondo. Echa pimienta negra recién molida y un chorrito de aceite de oliva. El pan crujiente (tipo hogaza) al lado nunca puede faltar. Si buscas algo más completo, acompaña con una ensalada simple y aliño ácido. Cuando tengo invitados, sirvo porciones más pequeñas como primer plato y luego un segundo más ligero. También va increíble en un buffet de comfort food junto a tartas saladas o bocadillos.

Ponte a gusto con este plato de sopa cremosa con fideos y verduras—te llena el alma en cada cucharada.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo cambiar las verduras?
¡Claro que sí! Esta sopa es súper versátil. Aprovecha las verduras que tengas o usa las que estén de temporada. Raíces como papa, nabo o chirivía quedan genial, igual que espinacas o kale, pero agrégalas casi al final del cocinado.
- → ¿Qué tipo de fideos van bien?
Casi cualquier fideo o pasta sirve aquí. Los clásicos son los de huevo, pero puedes probar con orzo, coditos, conchitas o ditalini. Si usas pastas más grandes como fetuccini, pártelos y ajusta la cocción al tipo que escojas.
- → ¿Cómo la hago sin lácteos?
Simplemente cambia la mantequilla por aceite de oliva, usa leche vegetal (sin azúcar agregada de almendra, de soya o avena) y reemplaza la crema por crema de coco o de anacardos. Quedará igual de cremosa.
- → ¿Puedo dejarla lista con anticipación?
Sí, aunque te recomiendo preparar la sopa sin los fideos y guardarlos por separado. Así en la nevera aguanta hasta 3 días. Cuando la vayas a calentar, primero pon el caldo a hervir y ya después agrega los fideos para que no se pasen o se deshagan.
- → ¿Cómo le agrego más proteína?
Puedes meter garbanzos, alubias blancas o tofu en cubos. Si no eres vegetariano, agrega pollo desmenuzado o salchicha ya cocida cuando pongas los fideos, así todo queda caliente y rico.
- → ¿Se puede congelar?
El caldo se mantiene perfecto en el congelador, pero los fideos tienden a ponerse blandos. Conviene congelar solo el caldo hasta por tres meses. Al servir, descongela, calienta y echa fideos recién cocidos.