
Estas barritas con arándanos y queso crema mezclan texturas cremosas, frutales y crujientes. Usamos una base y cobertura de avena y mantequilla súper ricas sobre un centro suave de queso crema lleno de arándanos frescos. Siempre se acaban rapidísimo en cualquier reunión familiar o comida con amigos.
Recuerdo la primera vez que preparé estas barritas para una tarde en el jardín. Duraron nada, ¡casi nadie alcanzó repetición! Desde entonces, siempre me las piden cada vez que nos juntamos.
Deliciosos ingredientes
- Mantequilla: Déjala a temperatura ambiente para mezclarla fácil y lograr una base más suave
- Azúcar blanca y azúcar moreno: El truco está en usar las dos; el azúcar moreno da un toque más sabroso
- Bicarbonato: Consigue que la base quede un pelín más esponjosa
- Sal: Hace que todos los sabores resalten, sobre todo lo dulce
- Harina común: Le da firmeza a la base
- Avena rápida (sin cocinar): Añade textura y un puntito tostado a la masa
- Queso crema: El normal (entero) es el mejor, deja la parte del centro muuuy cremosa
- Leche condensada azucarada: Hace que el relleno quede suave y con el punto de dulzor perfecto
- Extracto de vainilla: Realza el sabor a queso crema y le da calidez
- Yema de huevo: Logra que el relleno se cuaje justo como debe
- Arándanos frescos: Busca que estén firmes y grandes, explotan de sabor cuando se hornean
Fácil paso a paso
- Prepara el horno y el molde
- Prende tu horno a 180°C y cubre un molde rectangular de 23×33 cm con papel para hornear (que sobresalga un poco para sacar fácil las barritas) o, si prefieres, unta bien de mantequilla el fondo y lados. El papel hace que lavarlo sea pan comido y las barritas salen de una sola pieza.
- Crea la masa de avena
- Mete la mantequilla ya blandita en un bol grande, echa el azúcar blanco y el moreno y bátelo todo hasta que quede cremoso (unos 2 minutos). Agrega la sal y el bicarbonato, luego la harina y la avena poco a poco. Mezcla hasta que veas trocitos, tipo arena húmeda.
- Hornea la primera capa
- Con la mitad de la masa de avena, cubre el fondo del molde y presiona bien para que quede compacto (puedes usar una taza, ayuda mucho). Hornea durante 13 minutos, solo hasta que empiece a endurecerse pero sin dorarse aún. Esto ayuda a que no se empape luego con el relleno.
- Haz el relleno de queso crema
- Mientras se hornea la base, pon el queso crema en un bol grande y bátelo hasta que esté totalmente suave, sin grumitos. Añade poco a poco la leche condensada mientras sigues batiendo, así te queda muy fino. Mezcla la vainilla y la yema de huevo hasta que se integre bien. Quedará líquido pero con cuerpo.
- Monta y termina
- Vierte el relleno de queso sobre la base caliente y espárcelo de manera uniforme con una espátula. Pon los arándanos repartidos encima, después cubre con el resto de la masa de avena y presiónalo un poquito para que se adhiera. Que no se vea el centro para que luzca lindo después.
- Hornea hasta dorar
- Mete el molde otra vez al horno y deja de 20 a 25 minutos, revisando que los bordes estén doraditos y el centro se vea cuajado pero aún algo tembloroso. Cuando enfríe, el relleno termina de asentarse, así que no te pases de horno.

El toque de leche condensada es lo que hace que estas barritas tengan esa textura y sabor irresistible. No lo cambiaría por nada, fue lo que marcó la diferencia cuando probé distintas maneras de hacerlas. Mi abuela siempre decía que un postre necesitaba un toque mágico, y aquí la leche condensada es el truco.
Opciones con otras frutas
Me encantan los arándanos en estas barritas, pero se pueden cambiar sin problema por otros frutos rojos o incluso mezclar varios. Las frambuesas dan un punto ácido buenísimo y resaltan el dulzor del centro. Las moras grandes quedan rústicas y jugosas. Las fresas funcionan si las cortas chiquitas, más o menos del tamaño de los arándanos. Si quieres que luzcan festivas, usa una mezcla de berries, queda muy colorido para las fiestas veraniegas.
Cómo guardar y conservar
Estas barritas mejoran si las dejas reposar porque los sabores se juntan mejor. Cuando hayas terminado, deja enfriar todo completamente, cubre bien el molde con plástico de cocina y guárdalas en la nevera al menos 4 horas o toda la noche. Se mantienen bien en el refrigerador hasta 5 días, aunque nunca llegan a durar tanto en mi casa. Si quieres congelar, córtalas ya frías en porciones y envuelve cada trozo. Así aguantan unos 3 meses en el congelador. Para comerlas, bájalas al refri la noche antes.
Para servir de forma especial
Solitas quedan geniales, pero si quieres darles un toque especial prueba esto: espolvorea azúcar glas justo antes de llevarlas a la mesa para un toque elegante. Si quieres algo más goloso, caliéntalas un poco y sírvelas con helado de vainilla o una nube de nata montada (puedes endulzarla un poco). A mí me gusta añadir una hojita de menta para frescura y color. También van súper bien con café o té en la tarde o incluso con un vinito dulce de postre después de cenar.

Estas barritas de queso crema y arándanos nunca fallan. Todos van a querer saber cómo las haces, así que prepárate para compartir el secreto.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Se pueden usar arándanos congelados en vez de frescos?
Sí, podés usar arándanos congelados sin problema. No hace falta descongelarlos, solo agrégalos así nomás a la capa de queso. Puede que tengas que sumar 2-3 minutos al tiempo de horno porque sueltan más líquido.
- → ¿Puedo poner frambuesas en vez de arándanos?
Por supuesto. De hecho, las frambuesas quedan genial y combinan perfecto con la receta. También podés sumar moras, frutillas cortadas o mezclar varias frutas para variar.
- → ¿Cuánto tiempo se conservan estas barras?
Guardándolas bien tapadas en la heladera, duran hasta 5 días. De hecho, al día siguiente quedan aún más ricas porque se asientan los sabores.
- → ¿Se pueden preparar con anticipación?
Claro. Son perfectas para adelantar uno o dos días antes y tenerlas listas. Mantenelas en la heladera y cortalas recién al servir para que queden prolijas.
- → ¿Estas barras se pueden congelar?
Sí, congelan muy bien. Dejá que enfríen, cortá en porciones y ponelas separadas. Luego pasalas a un recipiente con papel en el medio. Para consumir, descongela en la heladera desde la noche anterior.
- → ¿Con qué puedo reemplazar la avena instantánea?
Si solo tenés avena tradicional, dale unos toques en la procesadora para que quede más fina, o usala tal cual si no te molesta que sea más masticable la base y la cubierta.