01 -
Usa toallas de papel para absorber el exceso de agua del calabacín rallado. En un recipiente grande, junta el calabacín con los huevos y la cebolla verde.
02 -
En otro recipiente, combina la harina, el queso rallado, el polvo para hornear, la sal y el orégano seco. Agrega todo esto al recipiente con calabacín; mezcla suavemente hasta que quede integrado.
03 -
Calienta aceite vegetal en una sartén amplia a fuego medio-alto. Echa porciones de la mezcla con una cuchara o cucharón y cocina las tortitas por unos 2 o 3 minutos de cada lado hasta que queden doradas.
04 -
Pasa las tortitas cocidas a un plato cubierto con papel de cocina para eliminar el exceso de aceite. Disfrútalas calientes y, si te gusta, añade una cucharada de crema agria por encima.