01 -
Pon una gota de aceite en tres moldes de 150 mL, cúbrelo bien y retira el exceso con una servilleta.
02 -
Exprime la toronja y mezcla su jugo con la ralladura en un cazo pequeño. Caliéntalo, pero sin que hierva, para potenciar el aroma de la cáscara. Luego, retira del fuego y deja que repose 10 minutos.
03 -
Cuela la mezcla usando un colador, aplastando para extraer todo el líquido. Mide 150 mL del jugo resultante y, si quieres, añade un poco de azúcar o miel para endulzar.
04 -
Hidrata 3/4 de cucharadita de gelatina con 1 cucharada de agua fría. Derrítela en el microondas con intervalos de 10 segundos. Incorpora un poco del jugo tibio a la gelatina derretida, mezcla bien y luego agrega el resto del jugo, batiendo hasta que esté uniforme.
05 -
Reparte la mezcla de toronja entre los tres moldes preparados, con 50 mL en cada uno. Refrigera entre 1 y 2 horas, o hasta que esté completamente cuajado antes de añadir la panna cotta.
06 -
En un cazo pequeño, mezcla la leche y la nata y calienta hasta que salga vapor. Pica grueso las hojas de romero, agrégalas a la mezcla, remueve un poco, tapa y deja infusionar fuera del fuego durante 30 minutos.
07 -
Cuela la mezcla de leche para retirar el romero. Añade los 25g de miel y ajusta el dulzor si es necesario. Hidrata 1 1/2 cucharadita de gelatina en 1 cucharada de agua fría y derrítela en el microondas.
08 -
Agrega un poco de la leche infusionada a la gelatina derretida, mezcla bien y luego combina con el resto de la leche infusionada. Vierte 100g de esta mezcla sobre cada capa de gelatina de toronja ya cuajada.
09 -
Lleva los moldes al refrigerador y déjalos enfriar hasta que estén completamente firmes, idealmente durante toda la noche.
10 -
Para desmoldar, sumerge cada molde en agua caliente durante unos 5 a 10 segundos (menos para moldes finos, más para los gruesos). Pasa un cuchillo por los bordes y desmolda sobre un plato.