
Este panna cotta cremoso con miel y romero acompaña de una gelatina de toronja fresca que alegra tanto el visto como el paladar. La dulzura natural de la miel se siente sutil entre notas aromáticas de romero, y la gelatina cítrica aparece vibrante y llena de carácter. Un postre sencillo que se siente refinado y distinto.
La primera vez que preparé estas pannacottas fue porque quería quedar bien en una cena casual sin volverme loca. A los invitados les fascinó cómo lucía y sabían los sabores, y creyeron que me había pasado la tarde cocinando – en realidad sólo requirió unos ratitos de trabajo.
Ingredientes
- Miel: Dulzura natural y compleja, diferente a la del azúcar común
- Romero fresco: Da el toque aromático que eleva el postre
- Nata para montar: Logra esa textura cremosa tan tradicional
- Leche entera: Hace jugoso el resultado pero sin excederse
- Gelatina neutra en polvo: Para cuajar las dos capas perfectamente
- Ralladura de toronja: Intensifica el aroma cítrico sin sumar acidez extra
- Toronja fresca: Da color y un sabor cítrico chispeante, siempre usa natural
Instrucciones Paso a Paso
- Desmoldar sin miedo:
- El truco del baño María caliente facilita mucho. Hazlo según lo grueso de tus moldes. Pasa un cuchillo delgado con cuidado por el borde y dale la vuelta sobre tu plato favorito para que salga perfecta.
- Completa la mezcla de panna cotta:
- Cuela todo el romero para que quede suave. Endulza a tu gusto con miel pensando que la capa de abajo tiene acidez. Hidrata la gelatina y derrítela suavecito para evitar textura arenosa antes de mezclarla con los lácteos.
- Infusiona los lácteos:
- Calienta la nata y la leche apenas hasta que saquen vapor, sin hervir. Pica el romero para que suelte más aroma y tápalo a reposar treinta minutos, eso será suficiente para lograr un sabor muy equilibrado.
- Cuajar la capa de gelatina:
- La gelatina necesita hidratarse con agua fría y derretirse bien para que la textura salga perfecta. Reparte la mezcla en los moldes y mete al refri hasta que esté bien firme. No quieras apurarte: la toronja puede retrasar que cuaje.
- Haz la gelatina de toronja:
- Exprime la toronja recién cortada y caliéntala un poco con la ralladura para sacar el máximo sabor sin perder su frescura. Cuela muy bien, apretando la pulpa, y reserva ese jugo para la base del postre.
- Prepara los moldes:
- Con una gotita de aceite neutro, engrasa los moldes ayudándote de papel de cocina. Así el postre se desmolda fácil y no altera el sabor.

Jamás olvidaré la sensación de partir la cuchara y llegar a ambas capas al dar el primer bocado. La mezcla de miel y romero me recordó el té que mi abuela me ofrecía de niña cuando estaba enferma, pero con la toronja logró convertirse en algo novedoso y con un aire sofisticado.
Textura Perfecta
La cantidad de gelatina importa mucho para cómo queda tu panna cotta al final. Si te gusta más suave y que se deslice en el plato, usa menos gelatina. Para moldes altos o que mantengan la forma firme, usa un poco más. La capa de toronja necesita menos ya que queda soportada por la capa cremosa de arriba. No calientes demasiado la gelatina, porque pierde fuerza y luego no cuaja.
Ideas para Variar el Sabor
Dale tu toque: usa tomillo fresco o lavanda en lugar de romero si quieres aromas distintos. Si no tienes toronja, prueba naranjas sanguinas en invierno o melocotón en verano. También puedes perfumar la nata con cardamomo o anís estrellado para un perfil más exótico. Cambia el tipo de miel por una de azahar si quieres reforzar lo cítrico, o prueba la de castaño para un fondo más intenso. Eso sí, manten la proporción entre gelatina y líquidos para que siempre salga bien.
Cómo Servirlo
Estos postres lucen solos. Si le quieres agregar algo, acompaña con una galletita de mantequilla para sumar un toque crujiente. Si prefieres algo más elaborado, una cucharadita de nata montada poco dulce o una bolita mini de helado de vainilla va perfecto. Los frutos rojos frescos como frambuesas o zarzamoras dan aún más color y encajan genial. Para detalles de fiesta, decora con un ramito de romero y una tira de corteza de toronja confitada, así todos intuyen los sabores del interior.

Este postre mezcla elegancia y sencillez, ideal para festejar en familia o consentir una comida de cualquier ocasión.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Se puede preparar esto un día antes?
¡Claro! Justo queda mejor si lo haces con tiempo. La panna cotta necesita frío para agarrar textura, así que arma todo el día anterior si prefieres. Se conserva en heladera hasta tres días sin drama.
- → ¿Hay otra fruta para reemplazar la toronja?
Puedes usar naranja roja, naranja común o también limón. El sabor va a cambiar pero el postre sigue quedando buenísimo con la base de miel y romero.
- → ¿Hace falta equipo especial para hacerlo?
No necesitas nada raro. Usa moldes comunes de flan, potecitos, copas o cualquier vasito que no pase de tamaño. Si no quieres desmoldar, también queda bonito servido directo en los vasos.
- → ¿Sirve gelatina vegana para esto?
Agar-agar o gelatinas vegetarianas funcionan. Ponele más o menos una cucharadita de agar por cada cucharadita normal de gelatina, pero el tiempo de enfriamiento y la textura van a cambiar un poco.
- → ¿Por qué la panna cotta no cuaja bien a veces?
Quizás usaste poca gelatina, no la dejaste tiempo suficiente enfriar, o no hidrataste bien la gelatina. Agarrá la cantidad justa, hidratá en agua fría, y lleva al menos 4-6 horas (mejor si la dejas toda la noche).
- → ¿Y si uso otra hierba en vez de romero?
Súper posible. Prueba con lavanda, tomillo, o albahaca. Solo ve midiendo porque lavanda y tomillo son más fuertes que el romero, entonces ponles poquito.