01 -
En un recipiente pequeño, mezcla todas tus especias: chile en polvo, paprika, sal, ajo en polvo, cebolla en polvo, comino, pimienta y orégano. Mézclalas bien con un tenedor o con las manos para asegurarte que todo esté combinado. ¡Este sazón casero es muchísimo mejor que las mezclas prefabricadas!
02 -
Coloca las piezas de pollo en un plato o una tabla de cortar. Espolvorea la mezcla de especias generosamente por ambos lados. Usa tus manos para frotar el sazón en el pollo, asegurándote de cubrirlo completamente. No te preocupes si parece mucho; ese es el secreto para un gran sabor.
03 -
Calienta el aceite de oliva en un sartén grande a fuego medio hasta que brille. Pon las piezas de pollo sazonadas en el sartén caliente con cuidado y déjalas cocinar sin moverlas por 2-3 minutos, hasta que se forme una costra dorada. Voltea las piezas para dorar el otro lado de la misma forma.
04 -
Vierte el caldo de pollo en el sartén; escucharás un sonido chisporroteante al tocar la superficie caliente. Tapa el sartén y baja el fuego para que hierva suavemente. Cocina el pollo por 15-20 minutos, dejando que se ablande y absorba todo el sabor de las especias.
05 -
Revisa que el pollo esté completamente cocido cortando la parte más gruesa (debería estar blanca sin nada rosa) o usa un termómetro de carne (debería marcar 74°C). Coloca el pollo en una tabla y usa dos tenedores para deshebrarlo. Una vez deshebrado, pon todo de regreso en el sartén con los jugos restantes. Remueve bien y cocina por otros 3-5 minutos para que el pollo absorba los sabores.
06 -
Tu delicioso pollo deshebrado mexicano está listo para usar. Prepáralo en tacos con tortillas calientitas, rellena burritos, agrégalo sobre nachos o hazlo parte de una ensalada. ¡No olvides los toppings como cilantro fresco, cebolla picada, rebanadas de aguacate o un toque de limón!