01 -
Seca los filetes de salmón con papel de cocina. Espolvorea por ambos lados abundante sal, pimienta negra y, si deseas, un poco de pimentón.
02 -
En una sartén grande que puedas meter al horno, calienta las 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente, acomoda los filetes de salmón con la piel hacia abajo si no la has retirado. Cocina por 3-4 minutos hasta que tengan una corteza doradita. Gíralos y cocina 2-3 minutos más por el otro lado.
03 -
Si tu sartén resiste el horno, métela directamente en un horno precalentado a 190°C. Si no, transfiere los filetes a un refractario apto para horno. Deja que el salmón se cocine por unos 10-12 minutos, o hasta que lo veas jugoso, con el centro apenas opaco y que se desmenuce fácilmente con un tenedor.
04 -
En un cazo aparte, derrite la mantequilla a fuego medio. Cuando esté derretida, echa el ajo picado y cocínalo un par de minutos cuidando que no se dore. Agrega el jugo de limón y la ralladura, y hierve suavemente por 2-3 minutos mientras reduces un poco la mezcla. Ajusta con sal y pimienta.
05 -
Saca los filetes del horno y cubre cada uno con la salsa de ajo, limón y mantequilla. Si te apetece, echa perejil picado por encima.
06 -
Come el salmón enseguida con alguna guarnición que elijas, como verduras al vapor, un puré de papas o una ensalada ligera.