01 -
Pon la mantequilla suave en un recipiente pequeño y añade el pesto de albahaca. Con un tenedor, mezcla bien hasta que estén totalmente integrados. Guarda para después.
02 -
Calienta el aceite de oliva en una sartén a fuego medio. Sazona ambos lados del salmón con sal y pimienta. Fríe los filetes durante 4-5 minutos de un lado hasta que tengan una capa dorada. Si se pega al sartén, espera unos minutos más hasta que se despegue fácilmente. Opcionalmente, puedes agregar un chorrito de agua para desprender el salmón antes de voltearlo.
03 -
Voltea el salmón y unta 1 cucharada de la mantequilla con pesto sobre cada filete. Baja el fuego a medio-bajo y cocina por otros 3-5 minutos, o hasta que el salmón esté tierno y lo puedas desmenuzar fácilmente. El tiempo dependerá del grosor del filete.
04 -
Saca con cuidado los filetes de la sartén y colócalos en un plato para servir. Vierte cualquier mantequilla que quede en la sartén sobre el salmón. Exprime el jugo de limón fresco justo antes de servir.