
Déjenme compartir mi versión del clásico Carbonada de Res, un plato que me enamoró durante mis viajes por Bélgica. Es pura magia cómo la cerveza y la carne se unen en este guiso tan rico, creando algo rústico pero elegante a la vez. Cada vez que lo preparo, los aromas de hierbas frescas y carne cocinada a fuego lento llenan mi cocina con una calidez increíble.
Por qué funciona tan bien
Lo que más me encanta de este plato es cómo transforma ingredientes sencillos en algo extraordinario. La cocción lenta hace que la carne quede tan suave que prácticamente se deshace, y la salsa se va poniendo más sabrosa minuto a minuto. Me encanta prepararlo para las comidas dominicales y, ¿las sobras? Saben aún mejor al día siguiente.
Juntemos todo
- Costillas de Res (1.5 kg): Busca piezas con buena infiltración de grasa, tienen mejor sabor.
- Aceite de Oliva (2 cucharadas): Para conseguir ese dorado perfecto.
- Harina (¼ taza): Ayuda a crear una salsa aterciopelada.
- Zanahoria (1 grande, en dados): Aporta un dulzor natural.
- Cebollas (2 medianas, en rodajas): Prácticamente se funden en la salsa.
- Champiñones enteros (300 g): Me gusta dejarlos enteros para tener textura.
- Panceta (150 g): El tocino también va muy bien.
- Pasta de Tomate (2 cucharadas): Da riqueza y profundidad.
- Ajo (2 dientes, machacados): Mejor si es fresco.
- Cerveza (350 ml): Usa una que te guste beber.
- Caldo de Res (500 ml): Casero si tienes.
- Mostaza de Grano (2 cucharadas): Aporta una textura y acidez maravillosas.
- Tomillo y Romero Frescos (1 cucharada de cada uno): Estas hierbas le dan vida al plato.
- Sal y Pimienta: Sazona mientras cocinas.
Cocinemos juntos
- Empieza con la carne
- Tómate tu tiempo para dorar bien las costillas, ese color equivale a sabor.
- Construye la base
- Las verduras necesitan atención, déjalas que se pongan suaves y doradas en todos esos jugos de carne.
- La magia de la cerveza
- Cuando viertas la cerveza, raspa todos esos trocitos dorados del fondo, ahí vive el sabor.
- Capas de sabor
- Ahora es cuando todo se une: las hierbas, la mostaza, el caldo... todo crea una armonía preciosa.
- Baja y lenta
- Este no es un plato para apresurarse, dale tiempo en el horno, la paciencia vale la pena.
- Toque final
- La salsa debe cubrir el dorso de una cuchara; si no, déjala reducir un poco más.
Mis mejores consejos
No te saltes el paso del dorado, es crucial para desarrollar sabor. Escoge una cerveza que realmente disfrutes bebiendo, marca la diferencia. Si no encuentras panceta, un buen tocino funciona perfectamente. A veces la carne necesita unos 30 minutos extra, no te preocupes, simplemente déjala cocinar hasta que esté tierna.
Armando la comida completa
Este precioso guiso merece buenas guarniciones. Me encanta servirlo sobre puré de patatas cremoso, absorbe toda esa increíble salsa. A veces hago puré con mostaza para darle más chispa o le agrego espinacas. No olvides el pan crujiente para mojar en la salsa.
Manteniéndolo fresco
En realidad mejora después de uno o dos días en la nevera. Solo guárdalo en un buen recipiente y recaliéntalo suavemente. También se congela de maravilla, suelo hacer doble cantidad y congelar la mitad para esos días ocupados cuando necesito algo reconfortante.
Hazlo a tu manera
A veces uso morcillo en lugar de costillas, o pruebo con una cerveza negra para un sabor más intenso. Las verduras de raíz como chirivías son excelentes adicciones, aportan su propio dulzor al conjunto. La belleza de este plato es lo flexible y adaptable que es.
Por qué la cerveza lo hace especial
La cerveza no solo está ahí por sabor, aunque es maravilloso, también ayuda a ablandar la carne y crea esta salsa increíble. Las notas maltosas complementan la carne mientras que el ligero amargor equilibra todo perfectamente. He probado diferentes cervezas y cada una aporta su propio carácter al plato.
Preguntas frecuentes
Claro que puedes hacerlo en olla lenta, pero no te saltes el paso del dorado. Para recalentar, un fuego suave es clave para mantener la carne tierna. Y si necesitas omitir el alcohol, la cerveza sin alcohol funciona sorprendentemente bien.

Un plato memorable
Cada vez que preparo esta carbonada, me recuerda por qué las recetas clásicas perduran. Hay algo muy satisfactorio en transformar ingredientes humildes en una comida que atrae a todos a la mesa con ganas y hambre. Se ha convertido en una de mis recetas más preciadas, perfecta para esos momentos en que quieres mostrarle a alguien que te importa a través de la comida.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Qué tipo de cerveza es mejor?
Se recomienda usar lager, pero puedes usar cualquier cerveza que prefieras. Cada una aportará un perfil de sabor único al platillo.
- → ¿Cómo sé que las costillas están listas?
Deberían estar muy tiernas después de 2 horas. Si no se desprenden fácilmente, cocina 30 minutos más. La carne debe separarse del hueso sin esfuerzo.
- → ¿Puedo hacer la salsa más espesa?
Sí, retira la carne ya cocida y hierve la salsa en la estufa por unos minutos para reducir y espesar al gusto.
- → ¿Qué puedo usar en lugar de speck?
El tocino es una gran alternativa. Ambos aportan sabores ahumados y ricos al plato.
- → ¿Por qué es tan importante dorar la carne?
Al dorar bien, se crea más sabor por la caramelización. Los pedacitos dorados del fondo de la olla enriquecen la salsa al mezclarse con la cerveza.
Conclusión
Un guiso inspirado en Bélgica con costillas de carne cocidas lentamente en cerveza, resultando en un plato lleno de sabor, ideal para noches frías.