
Este cheesecake cítrico de lima te da el punto justo entre cremosidad y un toque refrescante. El sabor potente de la lima corta la densidad del queso crema, así que termina siendo un postre ligero, pero con carácter. Todos quedan encantados cuando lo sirves.
Preparé este cheesecake por primera vez para el cumpleaños de mi hermana, justo cuando volvió de las playas de los Cayos de Florida. El sabor tan cítrico le hizo recordar su viaje. Desde entonces, lo preparamos cada vez que queremos festejar en la familia.
Ingredientes deliciosos
- Galletas María molidas: Son ideales para la base crujiente y dulce. Puedes comprarlas desmenuzadas o triturarlas en casa.
- Azúcar normal: Equilibra el toque ácido de las limas. El azúcar de caña es el mejor.
- Mantequilla sin sal: Ligará la base y le añade sabor. Usar mantequilla sin sal te deja controlar mejor el punto de sal.
- Queso crema: Le da toda la textura cremosa. Vale cualquiera de buena calidad, pero que sea entero y a temperatura ambiente.
- Zumo de lima (tipo Key o normal): Ese es el sabor que destaca. Lo mejor es natural, pero el embotellado puro también vale.
- Ralladura de lima: Potencia el aroma. Ralla solo lo verde para evitar que amargue.
- Crema agria (nata fresca): Aparece para dar humedad y otro toque ácido. La versión entera es la más cremosa.
- Huevos: Aportan estructura y suavidad. Déjalos que pierdan el frío antes de usarlos para mezclar mejor.
- Extracto de vainilla: Añade notas cálidas y redondea el sabor. El puro marca la diferencia.
- Nata para montar: ¡El complemento esponjoso! Busca nata con al menos 35% de grasa para que monte fácil.
Instrucciones fáciles
- Deja enfriar y sirve:
- Cuando esté hecha, apaga el horno y deja la puerta entreabierta. Que repose una horita ahí y así no se agrieta. Sácalo, pasa un cuchillo fino por el borde y deja enfriar fuera. Luego cúbrelo y enfría en la nevera mínimo 4 horas (mejor toda la noche). Justo antes de llevarlo a la mesa, quita el aro y ponle nata montada, ralladura y rodajitas de lima para decorar como en la pastelería.
- Haz la cobertura de nata:
- Mete el bol y las varillas en el congelador un rato, así la nata gana mucho volumen. Monta la nata fría batiendo y cuando esté espesa, agrega azúcar glass y vainilla. Súbele la velocidad y bate hasta que veas picos firmes. Si te pasas batiendo, cambia de nata a mantequilla, así que en cuanto veas esos picos, para.
- Lleva al horno:
- Echa la mezcla sobre la base y alisa con una espátula. Pon el molde sobre una bandeja (por si se sale algo) y llévalo a un horno ya caliente a 160°C. Deja de 45 a 50 minutos: sabrás que está lista si al moverla tiembla un poco en el centro pero los bordes están firmes. Deja en el horno apagado para terminar de cuajar despacito y así evitar grietas.
- Prepara el relleno:
- Bate el queso crema con la batidora eléctrica hasta que esté suave y sin grumos. Echa el azúcar poco a poco y sigue hasta que esté esponjoso. Incorpora los huevos de uno en uno, sin batir de más (así evitas que se quiebre luego). Vierte el zumo de lima y la vainilla, mezcla suavemente y acaba con la ralladura, con movimientos envolventes.
- Arma la base:
- En un bol, une las galletas molidas con azúcar y luego la mantequilla derretida. Mezcla hasta que quede con textura como de arena mojada. Echa esto en el molde desmontable (unos 23 cm) y presiónalo fuerte (con un vaso, por ejemplo) para que quede compacto y a nivel. Cuanto más aprietes, mejor se cortará después.

La lima tipo Key (o lima mexicana) es lo que lo hace especial. Son pequeñas y huelen más que las limas normales. El gusto es más sabroso y algo más dulce. Mi abuela me enseñó a rodarlas fuerte con la mano antes de cortarlas, así sale todo el jugo jugoso.
Sin grietas
Puedes olvidar el baño María, este método queda genial sin él. El truco está en no batir de más cuando añades los huevos, no cambiar bruscamente la temperatura y dejar que se enfríe tranquilamente. Y si se agrieta un poco, nadie lo nota bajo la nata.
Hazlo antes
Dejar reposar la tarta hace que todo el sabor se mezcle y sea más rica. Puedes dejarla hecha hasta tres días antes tapada en la nevera. La base sigue crujiente y el relleno muy cremoso. Lo único: pon la nata justo antes de servir para que luzca perfecta.
Otros ingredientes válidos
No tienes lima Key o mexicana? Usa lima normal (persa), pero pon un poco menos porque suele ser más ácida. El zumo embotellado, si es puro, también sirve. ¿Buscas otra vibra? Prueba con limón amarillo tipo Meyer y lo tendrás más dulce. Para la base, puedes cambiar las galletas María por galletas de jengibre o de vainilla.

Este cheesecake ácido de lima se vuelve el centro de atención en cualquier celebración o reunión familiar.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Se pueden usar limas normales en vez de key limes?
Sí, puedes hacerlo. El sabor cambia un poco porque las key limes son más fragantes y menos ácidas. Si usas limas normales, pon un poquito menos porque suelen ser más ácidas.
- → ¿Cómo evito que mi cheesecake se agriete?
No mezcles la masa demasiado porque eso mete aire. Mete el molde con el cheesecake envuelto en papel aluminio dentro de una fuente con agua caliente y hornea así. Sácalo del horno cuando el centro tiemble un poco, para que no se reseque.
- → ¿Puedo congelar este cheesecake?
Sin problema, congela perfecto. Eso sí, déjalo enfriar bien y envuélvelo con plástico y aluminio. Dura unos dos meses. Para servir, descongélalo en la nevera y ponle los toppings frescos al final.
- → ¿Cuánto tiempo se debe enfriar antes de meterlo al refri?
Deja que se enfríe una hora a temperatura ambiente. Después a la nevera al menos cuatro horas, o mejor toda la noche, para que tome buena textura y no se agriete.
- → ¿Cómo corto el cheesecake sin que se rompa?
Usa un cuchillo afilado caliente. Mételo en agua caliente, límpialo y corta. Limpia el cuchillo entre cortes. Así salen tajadas sin que el queso se quede pegado o se desarme.
- → ¿Puedo hacerlo sin un molde desmontable?
Lo ideal es el mold desmontable, pero puedes usar un molde de tarta profundo con papel encerado sobresaliendo de los lados para levantarlo después. No queda tan presentable, pero de sabor está igual de rico.