
Estas galletas de azúcar son perfectas: se deshacen en tu boca mientras mantienen un centro masticable que encanta. Son el tipo de galleta que te hace cerrar los ojos al primer mordisco, disfrutando cómo el exterior crujiente cubierto de azúcar da paso a un centro suave y mantecoso. No son galletas cualquiera; son las que te harán olvidar esas versiones duras y desmoronables que probaste antes.
Encontré esta receta mientras intentaba recrear las galletas de azúcar de mi abuela, que siempre tenían la textura perfecta. Después de incontables hornadas y pequeños ajustes, finalmente di con la combinación mágica que crea ese equilibrio ideal entre suavidad y masticabilidad.
Ingredientes fundamentales y consejos de selección
- Mantequilla: La temperatura es crucial - debe estar lo suficientemente blanda para hundirle el dedo fácilmente, pero no derretida ni aceitosa
- Azúcar: El azúcar blanco común funciona mejor para la masa, con una capa de azúcar ligeramente más grueso para rebozar
- Harina: Harina normal, medida con cuidado para evitar galletas densas
- Extracto de vainilla: Usa extracto de vainilla puro para el mejor sabor - vale la pena el gasto aquí
- Sal: Sal fina marina equilibra perfectamente el dulzor
Instrucciones detalladas de preparación
- Paso 1: Domina el proceso de cremado
- Comienza con mantequilla realmente a temperatura ambiente. Bate mantequilla y azúcar hasta que note el color más claro. Raspa los lados del bol frecuentemente. Continúa batiendo hasta que la mezcla esté esponjosa y casi como mousse.
- Paso 2: Perfecciona la textura de la masa
- Añade huevo y vainilla, batiendo hasta que se incorporen completamente. Mezcla hasta que la masa luzca suave y brillante. Agrega los ingredientes secos gradualmente, mezclando solo hasta combinar. Para de mezclar tan pronto como desaparezcan los rastros de harina.
- Paso 3: Forma para el éxito
- Usa una cuchara para galletas para tamaños uniformes. Forma bolas entre tus palmas hasta que queden perfectamente lisas. Cúbrelas generosamente con azúcar - no te cortes aquí. Aplástalas ligeramente con la palma o un vaso.
El arte de elegir el azúcar
Tras muchas pruebas, he descubierto que usar azúcar blanco normal en la masa pero rebozar las galletas en azúcar ligeramente más grueso crea el mejor contraste de texturas. A veces incluso mezclo un poco de azúcar moreno para darle más crujido por fuera.

Control de temperatura
La precisión de la temperatura del horno es crucial. He descubierto que 180°C es el punto perfecto - más caliente y los exteriores se doran antes de que los centros se asienten adecuadamente, más frío y pierdes ese encantador contraste de textura entre el exterior y el interior.
Magia para preparar con antelación
Aunque estas galletas son perfectas recién horneadas, suelo guardar bolas de masa en mi congelador. La mejor parte es que se hornean perfectamente directamente del congelador - solo añade un minuto extra al tiempo de horneado. ¡Es como tener una pastelería en tu congelador!
El aplanado perfecto
He aprendido que cuánto aplanas estas galletas antes de hornear marca una gran diferencia. Un ligero aplanado crea el grosor perfecto - unos 1,5 cm es ideal. Demasiado planas y pierdes el centro suave, demasiado gruesas y no se extienden correctamente.

Después de años perfeccionando estas galletas de azúcar, puedo decir con confianza que son el equilibrio perfecto entre simplicidad y placer. La clave está en prestar atención a los detalles - temperatura adecuada de la mantequilla, cremado completo y tiempo preciso en el horno. Recuerda, un centro ligeramente menos horneado significa una galleta perfectamente masticable una vez enfriada. No son simples galletas de azúcar; son las que te harán entender por qué este clásico ha perdurado por generaciones.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Cómo logro que las galletas queden muy blanditas y masticables?
- Usa mantequilla muy blanda, no trabajes demasiado la masa y sácalas cuando apenas estén hechas pero parezcan un poco crudas todavía.
- → ¿Puedo preparar la masa con anticipación?
- Forma las bolitas de masa, tápalas y guárdalas en la nevera hasta 2 días. Déjalas llegar a temperatura ambiente antes de hornearlas.
- → ¿Por qué mis galletas se aplanaron demasiado?
- Puede que tu mantequilla estuviera muy caliente. Prueba a enfriar las bolitas de masa unos 15 minutos antes de hornearlas.
- → ¿Cómo guardo estas galletas?
- Guárdalas en un recipiente hermético a temperatura ambiente hasta 5 días. Se mantendrán blandas y masticables.
- → ¿Puedo congelar estas galletas?
- Congela las galletas ya horneadas hasta 3 meses, o congela las bolitas de masa sin hornear y hornéalas directamente congeladas.