
Esta tarta fría de queso con moras tiene ese toque justo entre cremoso, ácido y dulce. No necesitas horno. El color morado vibrante encima hace que se vea increíble. Y te prometo que queda tan rica como bonita.
La primera vez que preparé esta tarta fue para el cumple de mi hermana, justo cuando el horno se estropeó sin avisar. Nos asustamos al principio, pero al final todos dijeron que estaba mucho mejor que la de siempre. Desde ese día, siempre me la piden para celebraciones.
Ingredientes
- Base:
- Galletas María trituradas: quedan crujientes y dulces, la base perfecta para la crema. Busca las de sabor clásico.
- Mantequilla sin sal: da sabor y hace que todo se pegue bien. Si usas una mantequilla buena se nota.
- Azúcar blanca: potencia lo dulce y ayuda a que no se desmorone al cortar.
- Para la crema:
- Nata líquida para montar (mín. 35% grasa): le da ese cuerpo y ligereza. Así montas sin problemas.
- Gelatina neutra en polvo: es la clave para que cuaje bien sin hornear. Recuerda hidratarla en agua fría antes.
- Queso crema: el típico sabor ácido que esperas. El Philadelphia normal (entero) queda super cremoso.
- Azúcar blanca: equilibra lo ácido. Si tienes azúcar fina, mejor todavía.
- Extracto de vainilla: da un toque cálido y suave. Si tienes vainilla auténtica se nota.
- Para la capa de moras:
- Moras frescas: aportan mucho color y un sabor genial. Elígelas gorditas y oscuras.
- Azúcar blanca: ayuda a quitar lo ácido pero sin que pierda el sabor a fruta.
- Gelatina neutra en polvo: para que la parte de arriba no se deshaga al cortar.
Deliciosos pasos a seguir
- Base de galleta:
- Empieza mezclando las galletas trituradas con la mantequilla derretida y el azúcar hasta que todo esté húmedo y sin partes secas. Toca con los dedos: si se pega un poco, está lista.
- Pasa esa mezcla a un molde desmontable de 23 cm y aplasta bien con un vaso para que quede pareja. No te olvides de los bordes para que no te quede desigual.
- Guarda en la nevera al menos 30 minutos. Es esencial para que la mantequilla endurezca y la base aguante la crema sin romperse.
- Relleno de queso:
- Hidrata la gelatina espolvoreándola sobre agua fría (en un cuenco pequeño, que toda la gelatina toque el agua). Déjala reposar entre 5 y 10 minutos, se verá como una esponja.
- Lleva la gelatina a fuego bajo revolviendo hasta que esté totalmente líquida y sin grumos. Aparta y espera a que temple, solo tibia, no dejes que solidifique.
- Bate el queso crema (a temperatura ambiente), el azúcar y la vainilla hasta que esté bien suave y algo esponjosa. Unos 3 minutos con batidora a velocidad media basta. Ve bajando lo que queda en las paredes del bol para que no haya grumos.
- En otro bol frío, monta la nata hasta que se quede con picos firmes (que no se caigan al levantar la batidora). Así la crema queda aireada pero firme.
- Ahora mezcla con mimo la nata montada y el queso crema usando una espátula y movimientos envolventes para no perder el aire.
- Agrega la gelatina ya tibia a la mezcla y sigue mezclando suavemente y rápido para que se reparta por todo antes de que cuaje.
- Echa todo sobre la base fría y alisa por arriba. Mételo en la nevera al menos 1 hora para que coja cuerpo antes de echar la capa de fruta.
- Capa de moras:
- Tritura las moras con el azúcar hasta que quede todo líquido. Luego cuela esa mezcla presionando con una espátula para coger todo el jugo sin semillas.
- Prepara la gelatina igual que antes y mézclala con el puré colado de moras. Espera a que llegue a temperatura ambiente, pero antes de que cuaje.
- Cuando la mezcla de mora esté lista para verter, extiéndela sobre la crema de queso ya cuajada. Ve del centro hacia los bordes suavemente.
- Enfría la tarta entera en la nevera mínimo 4 horas, mejor aún de un día para otro. Así se mezclan los sabores y al cortar las porciones salen perfectas.

Info esencial
Me encanta cómo se siente la capa de mora con la crema tan suave. Esta forma de hacerlo viene de mi abuela. Siempre decía que un buen postre tiene que mezclar texturas bien y jugar con los sabores. Cuando hago esta tarta, me acuerdo de ella mostrando cómo mezclar todo con cariño para que quede esponjosa.
El mejor postre para adelantar
Si la haces el día anterior, mucho mejor: queda más rica. Así se asientan los sabores y la textura sale ideal. Sólo tienes que montarla entera, decorarla, tapar con film (sin que toque la tarta) y dejarla tranquila. Al día siguiente solo sirve y olvídate de carreras de última hora.

Cambia con las estaciones
Las moras quedan espectaculares, pero puedes usar otras frutas según la época. En invierno anima la tarta con naranja sanguina para un color diferente, y en verano prueba con frambuesas o fresas frescas. Solo cambia la fruta por la misma cantidad y sigue los mismos pasos. Hasta puedes mezclar frutos rojos para un sabor distinto.
Pequeños trucos para arreglar fallos
Si la crema te queda muy blanda tras enfriar, probablemente te faltó montar bien la nata. Asegúrate de que tengas picos firmes antes de mezclar. Otro fallo suele ser gelatina mal disuelta, mira siempre que está transparente antes de añadirla. Si ves que la capa de moras se mezcla con la de queso, es porque no estaba bien cuajada: dale más tiempo de nevera antes de añadir la capa superior.
Ideas para servir
Para que luzca más, ponla en un plato blanco grande y decora con unas moras frescas y unas hojitas de menta. Espolvorea con azúcar glass si quieres que parezca de pastelería. Si sirves porciones, corta con un cuchillo caliente y límpialo entre cortes para que cada trozo quede perfecto. Va genial con un vino dulce tipo Pedro Ximénez o un Moscatel.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Cómo consigo un relleno suave en el cheesecake?
Saca el queso crema del refri antes para que esté blando y fácil de mezclar. Bate la crema hasta que quede firme y mézclala suavemente, así el relleno queda esponjoso y sin grumos.
- → ¿Puedo preparar el puré usando zarzamoras congeladas?
Sin problema, las zarzamoras congeladas sirven bien. Sólo tienes que descongelarlas y quitar el exceso de líquido antes de licuar.
- → ¿Para qué sirve la gelatina aquí?
La gelatina ayuda a que las capas se mantengan firmes sin tener que hornear. Así, el cheesecake no pierde forma y los cortes salen limpios.
- → ¿Algún truco para cortar el cheesecake sin que se rompa?
Pon el cuchillo en agua caliente, limpia la hoja en cada corte y verás que las porciones quedan bonitas y sin pegotes.
- → ¿Puedo cambiar las galletas de la base?
Claro, puedes poner galletas tipo digestive, vainilla u otra que te guste. Hasta las de jengibre quedan bien.