
Este pastel de bola de nieve de coco con remolino de frambuesa ofrece la mezcla perfecta entre un bizcocho húmedo de coco, un relleno ácido de frambuesa y un increíble glaseado de queso crema con coco, todo envuelto en un exterior nevado de coco. El contraste entre la dulzura del coco y la acidez de la frambuesa crea una sinfonía de sabores tan refrescante como deliciosa.
Creé este pastel por primera vez para el cumpleaños de mi madre cuando mencionó que extrañaba los pasteles de coco que solía hacer su abuela. Las frambuesas fueron mi toque personal, y ahora lo piden en cada celebración familiar. Ver cómo se iluminan las caras de todos cuando lo llevo a la mesa hace que todo el esfuerzo valga completamente la pena.
Ingredientes esenciales
- Harina común: Da la estructura perfecta para este delicado pastel sin perder su ternura
- Polvo de hornear y bicarbonato: Trabajan juntos para lograr el esponjado y textura ideales
- Mantequilla sin sal: Aporta riqueza y ayuda a cremar el azúcar para una miga aterciopelada
- Azúcar: Endulza y contribuye a conseguir esa maravillosa textura suave
- Esencia de vainilla: Proporciona la base clásica para nuestro perfil de sabor
- Esencia de coco: Intensifica el sabor natural del coco en todo el pastel
- Esencia de almendra: Introduce una sutil complejidad que realza tanto el coco como la frambuesa
- Claras de huevo: Crean un pastel más ligero con un bonito color blanco para resaltar el remolino de frambuesa
- Leche de coco enlatada: Añade un sabor auténtico y humedad como ningún otro líquido
- Nata agria: Introduce un toque ácido y crea una miga increíblemente tierna
- Aceite de coco sin refinar: Refuerza el sabor a coco mientras añade humedad
- Coco rallado sin azúcar: Incorporado a la masa añade textura y profundidad de sabor
- Queso crema: Crea un glaseado con equilibrio perfecto entre dulzura y acidez
- Mermelada de frambuesa: Proporciona el hermoso remolino y un contrapunto brillante al coco
- Azúcar glas: Da estructura y dulzor al glaseado sin aspereza
Instrucciones paso a paso
- Prepara los moldes:
- Comienza engrasando bien tres moldes para pastel de 23 cm, luego forra los fondos con papel pergamino. Esta doble protección garantiza que tus pasteles se desmolden perfectamente. El papel debe cortarse exactamente para que encaje en el fondo sin subir por los lados.
- Mezcla los ingredientes secos:
- Tamiza juntos la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal en un bol grande. Tamizar es crucial aquí ya que elimina cualquier grumo y airea la harina, creando una textura más ligera. Tómate tu tiempo con este paso ya que afecta al resultado final.
- Bate la mantequilla y el azúcar:
- En tu batidora, bate la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté suave, añadiendo gradualmente el azúcar hasta que la mezcla se vuelva notablemente ligera y esponjosa. Este proceso debe durar unos dos minutos a velocidad alta. La mezcla debe cambiar visiblemente de color a un amarillo pálido y aumentar considerablemente de volumen.
- Añade los aromas:
- Incorpora completamente las esencias de vainilla, coco y almendra. Estas tres esencias trabajan juntas para crear el perfil de sabor característico. Asegúrate de que se incorporen completamente en la mezcla de mantequilla.
- Incorpora las claras de huevo:
- Añade las claras ligeramente batidas en tres tandas, mezclando bien entre cada una. Este enfoque gradual evita que la masa se separe. Raspa el bol con frecuencia para asegurar que todo se mezcle uniformemente.
- Combina los ingredientes húmedos:
- Mezcla la leche de coco y la nata agria en un recipiente aparte hasta que queden completamente homogéneas. La leche de coco debe removerse bien antes de medirla ya que tiende a separarse en la lata.
- Alterna las mezclas secas y húmedas:
- Añade la mezcla de harina y la mezcla de leche de coco alternadamente, empezando y terminando con harina. Mezcla justo hasta combinar después de cada adición. Mezclar demasiado en esta etapa puede desarrollar gluten y hacer que el pastel quede duro.
- Termina la masa:
- Incorpora el aceite de coco líquido y el coco rallado con suavidad. La masa debe quedar sedosa y espesa con trocitos visibles de coco por toda ella.
- Hornea las capas:
- Divide la masa uniformemente entre los moldes preparados usando una báscula de cocina para mayor precisión. Hornea hasta que estén cuajadas y ligeramente doradas por los bordes. Cuando un palillo insertado salga limpio, están listas.
- Prepara el glaseado de queso crema:
- Bate la mantequilla y el queso crema hasta que queden completamente suaves antes de añadir cualquier otro ingrediente. Añade las esencias, la sal y la leche de coco, luego incorpora gradualmente el azúcar glas. El batido final a alta velocidad crea la textura esponjosa característica.
- Monta el pastel:
- Nivela las capas del pastel si es necesario. Apílalas con generosas capas de glaseado y mermelada de frambuesa entre cada capa. Cubre todo el pastel con el glaseado restante, creando una capa exterior lisa.
- Añade la cobertura de coco:
- Presiona el coco rallado sobre los lados y la parte superior del pastel glaseado. El coco se adhiere mejor cuando el glaseado todavía está blando, así que no retrases este paso.

La leche de coco es verdaderamente la heroína secreta de esta receta. Descubrí su poder transformador después de experimentar con varias recetas de pastel de coco que me dejaron decepcionada. La riqueza y el sabor auténtico que proporciona no pueden replicarse solo con esencias. Mi abuela solía decir que los postres de coco necesitan coco real en múltiples formas para saber auténticos.
Opciones para preparar con antelación
Este pastel funciona de maravilla como postre preparado con antelación. Puedes hornear las capas hasta dos días antes y guardarlas bien envueltas a temperatura ambiente. El glaseado puede hacerse un día antes y refrigerarse, luego llevarlo a temperatura ambiente y volver a batirlo antes de montar. El pastel completamente montado en realidad mejora con un reposo de una noche en la nevera, permitiendo que los sabores se mezclen perfectamente.
Sustituciones de ingredientes
Para restricciones dietéticas, esta receta ofrece varias opciones adaptables. La mezcla de harina sin gluten puede reemplazar la harina normal con un cambio mínimo de textura. Las alternativas vegetales al queso crema y la mantequilla funcionan bien en el glaseado aunque puede que necesites un poco menos de azúcar glas. Para una opción menos dulce, sustituye la mermelada de frambuesa por puré de frambuesa fresca espesado con una pequeña cantidad de maicena, aunque esto creará un remolino más sutil.
Sugerencias para servir
Para un máximo impacto visual, considera decorar con frambuesas frescas y flores comestibles justo antes de servir. Corta con un cuchillo afilado mojado en agua caliente y limpiado entre cortes para obtener porciones impecables. Este pastel combina maravillosamente con café, té o incluso una copa de cava para celebraciones. Para un postre más elaborado, sirve las porciones con una pequeña bola de sorbete de frambuesa al lado.
Consejos de conservación
El pastel terminado se conserva perfectamente en la nevera hasta 5 días cuando se guarda en un recipiente para pasteles o cubierto ligeramente con film transparente para proteger la capa de coco. Las porciones individuales pueden congelarse hasta 3 meses si se envuelven bien en film transparente y se guardan en bolsas de congelación. Deja que las porciones congeladas se descongelen durante la noche en la nevera para obtener los mejores resultados de textura.

Preguntas Frecuentes
- → ¿Cómo preparo la base de galletas?
Mezcla migas de galleta, azúcar y mantequilla derretida. Presiona la mezcla en moldes de muffins con papel. Hornea brevemente antes de agregar el relleno.
- → ¿Puedo usar frambuesas congeladas para el remolino?
Claro, pero descongélalas y escúrrelas bien antes de hacer el puré, así evitas exceso de líquido.
- → ¿Cómo logro el diseño de remolinos?
Pon pequeñas cantidades de puré de frambuesa sobre el relleno y usa un palillo para hacer remolinos decorativos.
- → ¿Por qué debo golpear el bol antes de hornear?
Golpear el bol elimina burbujas de aire grandes, lo que evita que el cheesecake se agriete en el horno.
- → ¿Cómo guardo estos mini cheesecakes?
Mantenlos en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por cinco días. También puedes congelarlos para un almacenamiento más largo.
- → ¿Puedo sustituir el queso crema por otro ingrediente?
El queso crema es clave para la textura, aunque podrías probar una alternativa libre de lácteos para una versión vegana.