
La Pasta con Pollo y Salsa Alfredo es el máximo placer reconfortante. Trozos de pollo jugoso, fettuccine al dente y una salsa Alfredo cremosa y abundante se unen para crear un plato lujoso y satisfactorio. ¡Ideal para ocasiones especiales o cuando simplemente quieres algo sustancioso y delicioso!
Auténtico Consuelo Italiano
Preparar esta pasta siempre me lleva a mi primer encuentro con la verdadera cocina italiana. Hay algo mágico en ver cómo la nata y el parmesano se transforman en esa salsa sedosa y cómo cubre cada hebra de pasta a la perfección. Me encanta cómo ingredientes tan simples pueden crear algo que sabe tan exquisito.
Lo Que Necesitarás
- Pechugas de Pollo: 2 sin hueso ni piel, aproximadamente 600 g, sazonadas y doradas a la perfección.
- Aceite para Cocinar: Aceite neutro como el de girasol o de oliva suave para freír el pollo.
- Mantequilla: Aporta riqueza y ayuda a sofreír el ajo.
- Ajo: Recién picado para una base aromática intensa.
- Nata para Cocinar: Fundamental para una salsa sedosa y cremosa. No se recomiendan sustitutos.
- Queso Parmesano: Rallado; fresco o envasado para sabor y textura.
- Mezcla de Hierbas Italianas: Añade profundidad al pollo y la salsa.
- Fettuccine: La pasta preferida; ajusta el tiempo de cocción para otros tipos.
- Sal y Pimienta Negra: Al gusto, para equilibrar el sabor.
- Perejil Fresco: Guarnición opcional para un toque de frescura.
Vamos a Cocinarlo Juntos
- Prepara el Pollo
- Sazona las pechugas con sal y hierbas italianas. Calienta aceite en una sartén a fuego medio-alto y dora el pollo durante 4-5 minutos por cada lado hasta que esté dorado y bien cocido (temperatura interna de 74°C). Retira y deja reposar.
- Elabora la Salsa
- En la misma sartén, derrite la mantequilla y sofríe el ajo picado hasta que suelte su aroma. Incorpora la nata y luego añade poco a poco el parmesano rallado, removiendo hasta conseguir una textura suave y cremosa.
- Cocina la Pasta
- Hierve los fettuccine en agua con sal según las instrucciones del paquete. Reserva medio vaso del agua de cocción y escurre.
- Combina y Sirve
- Añade la pasta cocida a la sartén y mezcla para cubrirla con la salsa. Corta el pollo en rodajas y colócalo encima. Decora con perejil y sirve inmediatamente.
Logrando la Perfección
Tras muchos intentos perfeccionando este plato he aprendido que la paciencia es crucial al hacer la salsa. Añadir el parmesano poco a poco mientras removemos evita cualquier grumo y crea esa textura sedosa que todos buscamos. También guardo siempre un poco del agua de la pasta es como oro líquido para ajustar la consistencia de la salsa si hace falta.
Presentando Tu Obra Maestra
Me encanta servir este plato con una ensalada fresca para equilibrar su riqueza. A veces agrego espárragos asados o brócoli como guarnición y nunca falta pan crujiente para aprovechar hasta la última gota de esa increíble salsa. Cuando recaliento las sobras un chorrito de nata ayuda a recuperar esa textura sedosa perfecta.

Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué guardar el agua de la pasta?
- El agua con almidón ayuda a diluir la salsa si queda muy espesa, manteniendo su textura cremosa y haciendo que se pegue mejor a la pasta.
- → ¿Por qué cocinar el ajo en la misma sartén que el pollo?
- Al usar la misma sartén el ajo absorbe los jugos y trocitos dorados que dejó el pollo, dando más sabor a la salsa.
- → ¿Cómo sé cuando la salsa está suficientemente espesa?
- La salsa debe hervir hasta que cubra el dorso de una cuchara y esté ligeramente espesada, pero puedes ajustarla con agua de pasta si hace falta.
- → ¿Por qué dejar que la crema llegue a hervir?
- Hervir a fuego lento reduce y espesa la crema, creando una salsa más rica. También asegura que el parmesano se derrita uniformemente.
- → ¿Puedo usar parmesano ya rallado?
- Aunque el parmesano recién rallado da mejor sabor y textura, el pre-rallado también funciona. Evita los de larga duración para mejores resultados.