
Este arroz salteado con camarones al ajillo y mantequilla convierte ingredientes simples en una comida tipo restaurante en solo 15 minutos. Ideal para noches ocupadas cuando quieres algo sabroso pero no tienes mucho tiempo para cocinar.
Descubrí esta receta durante mis años universitarios cuando necesitaba comidas rápidas y satisfactorias entre sesiones de estudio. Rápidamente se convirtió en mi plato estrella cuando mis amigos venían, sorprendiéndolos con cómo algo tan sencillo podía tener un sabor tan complejo.
Ingredientes Esenciales
- 1 taza de arroz cocido: El arroz frío funciona mejor porque se mantiene más firme durante el salteado
- 1 cucharada de mantequilla: Crea una base de sabor rica y evita que se pegue
- 1 cucharadita de aceite: Ayuda a aumentar el punto de humo de la mantequilla para un mejor salteado
- 4-5 camarones grandes: Busca unos regordetes, translúcidos y de textura firme
- Sal y pimienta: Realza los sabores naturales sin dominarlos
- 2 dientes de ajo picados: Frescos son esenciales para un aroma auténtico
- 1 huevo grande: Añade proteína y crea una textura delicada
- 1 cucharadita de salsa de soja suave: Proporciona profundidad umami sin oscurecer el arroz
- 1/2 cucharadita de caldo de pollo en polvo: Ingrediente secreto para sabor de restaurante
- 1 cebolleta: Da color y sabor fresco sin pesadez
- 1 cucharadita de aceite de sésamo: Termina con esto para un aroma asiático auténtico
- 1/4 cucharadita de pimienta blanca: Tiene más complejidad que la pimienta negra
Instrucciones Paso a Paso
- Prepara tu base:
- Calienta tu sartén a fuego medio-alto y añade el aceite y la mantequilla. Espera hasta que la mantequilla se derrita completamente y empiece a hacer espuma pero sin dorarse. Esto crea la base perfecta mientras evita que la mantequilla se queme.
- Cocina los camarones:
- Añade los camarones a la mezcla caliente, colocándolos con espacio entre ellos. Sazona con una pizca de sal y pimienta recién molida. Cocina exactamente 2-3 minutos por lado hasta que se vuelvan rosados coral con bordes dorados. Retira y reserva. Los camarones bien cocinados deben estar opacos y curvados en forma de C suelta.
- Construye los aromáticos:
- Añade el ajo picado al mismo sartén con todos los jugos sabrosos. Cocina 1-2 minutos revolviendo constantemente para evitar que se queme. El ajo debe volverse aromático y apenas dorado. Esto infunde el aceite con un sabor increíble.
- Domina la técnica del huevo:
- Vierte el huevo batido en un lado del sartén. Déjalo reposar unos 15 segundos hasta que la parte inferior cuaje. Luego rompe suavemente en trozos grandes con tu espátula. Esta técnica asegura trozos satisfactorios por todo el plato en vez de una capa empapada sobre el arroz.
- Incorpora el arroz:
- Añade el arroz cocido directamente sobre los huevos y ajo. Deshaz los grumos suavemente. Rocía la salsa de soja y el caldo en polvo uniformemente. Remueve continuamente durante unos 2 minutos hasta que cada grano esté separado y cubierto de sabor.
- Montaje final:
- Devuelve los camarones al sartén y añade la cebolleta picada. Rocía con aceite de sésamo y espolvorea pimienta blanca. Mezcla suavemente todo durante un minuto final para casar los sabores. El plato terminado debe tener ingredientes distintos visibles por todas partes.

Mi momento favorito en esta receta es cuando el ajo toca el sartén con los jugos de camarón. Ese aroma me recuerda a los puestos callejeros de Singapur donde me enamoré del arroz frito perfectamente ejecutado. Ahora guardo religiosamente arroz cocido en mi congelador para que esta comida esté siempre a solo minutos de distancia.
El Secreto del Arroz Perfecto
Usar el arroz adecuado marca la diferencia en este plato. Aunque el arroz recién cocinado funciona en apuros, el arroz refrigerado de un día crea la textura ideal. El proceso de enfriamiento permite que los granos se sequen ligeramente y se afirmen, evitando que queden pastosos al saltearlos. A menudo cocino arroz extra específicamente para tener sobras para este plato. Si debes usar arroz fresco, extiéndelo en una bandeja y colócalo en el refrigerador por 30 minutos antes de cocinar para eliminar el exceso de humedad.
Opciones de Personalización
Esta receta sirve como lienzo perfecto para cualquier ingrediente que tengas a mano. Para verduras, considera añadir zanahorias en dados, guisantes, maíz o pimientos. Para variaciones de proteína, sustituye los camarones por pollo en dados, ternera o tofu. La clave es mantener la proporción de ingredientes con arroz para que los sabores permanezcan equilibrados. Mi añadido favorito es un puñado de piña en dados agregada en el último minuto de cocción para un giro dulce-salado que complementa los camarones maravillosamente.
Sugerencias para Servir
Este arroz frito no necesita acompañamientos ya que es una comida completa por sí misma. Sin embargo, para una presentación más elaborada, sírvelo junto con algunas verduras al vapor o una sopa ligera de miso. Para presentarlo, compacta el arroz en un tazón pequeño y voltéalo en los platos para una forma de domo impresionante. Decora con cebolletas adicionales en rodajas y una pequeña rodaja de limón para exprimir por encima. La acidez ilumina todos los sabores y eleva todo el plato.

Preguntas Frecuentes
- → ¿Cómo aseguro que los camarones queden bien cocidos?
Cocina los camarones por 2-3 minutos de cada lado hasta que estén rosados y opacos. Cocinarlos demasiado puede volverlos duros.
- → ¿Es posible usar arroz sobrante para esta receta?
Sí, el arroz del día anterior es ideal ya que es más seco, evitando que el arroz salteado quede pegajoso.
- → ¿Qué puedo usar en lugar de polvo de caldo de pollo?
Puedes echar una pizca de granulado de caldo o simplemente omitirlo para un sabor más ligero.
- → ¿Puedo añadir más verduras al arroz?
Claro, zanahorias en cubos, guisantes o pimientos morrones funcionan bien para añadir textura y nutrientes.
- → ¿Qué tipo de arroz es preferible para arroz salteado?
El arroz de grano largo o jazmín es perfecto por su textura esponjosa y granos que no se pegan.
- → ¿Es posible omitir el aceite de sésamo?
Puedes no usarlo o reemplazarlo por un aceite neutro, aunque el aceite de sésamo aporta un aroma único y tostado.