
Estos bombones de chocolate blanco llevan la combinación más alegre: chocolate suave, arándanos secos con su toque ácido y pistaches crujientes. Los colores llamativos y el contraste de texturas los vuelven súper especiales en cada mordida.
El año pasado llevé estos bombones a la reunión navideña y volaron de la mesa. Mi suegra no tardó ni cinco minutos en pedirme cómo los hice, y en mi familia, ¡eso es lo máximo!
Ingredientes
- Chocolate blanco: Busca uno bueno, de verdad marca la diferencia porque es lo principal aquí. Elige uno que tenga manteca de cacao.
- Mantequilla sin sal: Le da cremosidad y ese toque rico que se derrite en la boca.
- Nata líquida para montar: Ayuda a lograr el relleno bien suave y cremoso.
- Sal fina: Solo un poco, hace que no empalague y resalta todos los sabores.
- Ralladura de naranja o esencia de vainilla: No es obligatorio pero eleva el aroma. Si usas naranja, queda espectacular con los arándanos.
- Arándanos secos: Le dan ese punto frutal y acidito, además del color. Busca que estén blanditos.
- Pistaches tostados: Le dan el toque crujiente. Tómalos unos minutos en sartén para que estén más sabrosos.
- Azúcar glas: Sirve para envolverlos y dar ese acabado nevado y dulzón suave.
Deliciosos Pasos a Seguir
- Haz la mezcla cremosa:
- Pon la mantequilla y la nata en un cazo a fuego muy bajito hasta que la mantequilla desaparezca. Remueve suave, no calientes de más. Échale la sal y la esencia de naranja o vainilla, apaga y deja templar.
- Derrite el chocolate:
- Pon el chocolate blanco picado en un bol resistente sobre una olla con agua hirviendo suavemente, cuidando que no toque el agua. Mezcla de vez en cuando hasta que quede liso. No subas de 40°C. La idea es que esté tibio como tu mano.
- Junta ambas mezclas:
- Saca el bol del baño María y, con una espátula, mezcla despacito la nata con mantequilla (que esté tibia) al chocolate fundido. Tienen que estar más o menos igual de calientes para que no se corte el chocolate. Haz movimientos suaves.
- Incorpora extras:
- Añade los pistaches y los arándanos ya picados a la mezcla de chocolate y revuelve con cuidado hasta ver los trozos bien repartidos y coloridos.
- Deja cuajar el ganache:
- Tápalo con film pegado a la superficie y espera una hora fuera de la nevera. Cuando esté a temperatura ambiente, enfría en el refri dos a tres horas para que tome cuerpo.
- Forma bolitas:
- Con una cucharita pequeña o sacabolas, toma porciones de la mezcla fría y arma bolitas entre tus palmas. Limpia las manos entre cada una porque enseguida se pone pegajoso del calor.
- Espolvorea azúcar glas:
- Pasa cada bombón por azúcar glas, armando una capita blanca bonita. Les da su look clásico y suma dulzura al bocado.
- Guárdalos bien:
- Deja los bombones listos en un tupper cerrado, en la nevera. Ahí duran perfectos hasta una semana. Si necesitas guardarlos más tiempo, mételos al congelador.

Los pistaches son mis favoritos en esta mezcla, le ponen ese tono verde precioso entre el blanco y el rojo de los arándanos. Mi abuela decía que primero comemos con los ojos, y aquí se cumple sin duda.
Controla la Temperatura
El truco más importante es cuidar bien la temperatura del chocolate. El blanco es algo delicado, más que el chocolate negro o con leche. Si queda raro o se pone grumoso fue por exceso de calor o agua en los utensilios. Usa todo bien seco y apaga el fuego apenas empiece a derretirse, el calor que queda termina el trabajo. Así tus bombones siempre quedan suaves y sedosos.
Versiones Creativas
Puedes jugar con lo que tengas o prefieras. Cambia los pistaches por almendras, avellanas o nuez de macadamia. Si no hay arándanos, prueba cerezas secas o trocitos de albaricoque seco. Para un toque más adulto, pon un chorro de licor de naranja en vez de esencia. En verano, prueba ralladura de limón y arándanos azules secos, ¡queda muy fresco! La base de chocolate blanco sirve para miles de ideas.
Ideas para Regalar
Son un detallazo para regalar. Ponlos en pirotines pequeños y mételos en latas bonitas o cajas. Si quieres que parezcan de pastelería, decora algunos con hilos de chocolate de otro color. Una nota escrita a mano queda súper personal. Yo un año se los di a los profes de mis hijos en frascos de cristal con lazo y hasta me mandaron cartitas de gracias. Lo hecho a mano y rico siempre conquista.

Estos bombones son bocaditos navideños perfectos: rápidos, sabrosos y tan bonitos que alegran la mesa.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Por qué hay que cuidar la temperatura cuando derrites chocolate blanco?
El chocolate blanco es muy delicado y si pasa de 40°C se separa y no sirve. Lo mejor es usar baño maría y tocarlo, debe sentirse como tu piel, no más. Así logras que quede fundido, suave y sin grumos para tus trufas.
- → ¿Puedo cambiar los cranberries y pistachos por otros ingredientes?
Claro, puedes usar cerezas secas, arándanos deshidratados o albaricoques por los cranberries. Si quieres cambiar los pistachos, prueba con avellanas, almendras o nueces de macadamia. Mantén la misma cantidad y la textura quedará bien.
- → ¿Cuánto tiempo duran estas trufas?
Duran perfectas hasta una semana en un recipiente cerrado en el refri. Si las congelas, cuando las saques déjalas un rato en el refri antes de comer. Si se les va el azúcar glas, puedes volver a poner un poco.
- → ¿Es necesario el extracto de naranja?
No hace falta, pero lo recomiendo porque ese sabor fresco queda increíble con los cranberries y el chocolate blanco. Si prefieres un sabor clásico, pon vainilla en vez de naranja.
- → ¿Por qué las manos se ponen pegajosas al formar las trufas?
Porque el chocolate blanco contiene mucha grasa y cuando está en contacto con tus manos que están tibias, se derrite un poco. Límpiate con papel de cocina entre cada trufa o mete la mezcla a enfriar media hora más si está muy suave.
- → ¿Se pueden hacer trufas sin lácteos?
Sí, solo usa chocolate blanco vegano, margarina vegetal y crema de coco en vez de crema de leche. Quedan un poco distintas pero igual ricas.