
El pastel de pistacho con cobertura de queso crema y vainilla mezcla los suaves sabores de los frutos secos con un glaseado sedoso para una experiencia de postre elegante. Este impresionante bizcocho presenta una masa esponjosa y ligera con pistachos reales que añaden tanto un sabor sutil como bonitos trozos verdes por toda la mezcla. El gusto natural del pistacho se aprecia perfectamente sin abrumar al paladar, creando un postre sofisticado que atrae tanto a aficionados como a expertos en repostería. Coronado con una deliciosa cobertura de queso crema que aporta la cantidad justa de dulzor y acidez, este pastel es perfecto como protagonista en ocasiones especiales aunque también es lo bastante sencillo para disfrutarlo cualquier día.
La primera vez que preparé este pastel de pistacho fue para el cumpleaños de mi hermana en abril. Como su celebración cae durante la Cuaresma, cuando yo no como chocolate, necesitaba una opción espectacular sin este ingrediente. Después de ver cómo se le iluminaban los ojos al primer bocado y observar cómo repetía, supe que esta receta era ganadora. El sutil sabor a frutos secos combinado con el cremoso glaseado creó un equilibrio tan perfecto que rápidamente empezaron a pedírmelo para otras celebraciones familiares. Incluso mi primo, que dice que no le gustan los frutos secos, no pudo resistirse a pedir la receta.
Ingredientes de calidad
- Pistachos sin sal: Son la base del sabor de este pastel y deben ser sin sal para mantener el perfil dulce adecuado.
- Harina con levadura: Da estructura mientras asegura un buen crecimiento.
- Azúcar glas: Se disuelve rápidamente para una miga más fina y textura más suave.
- Mantequilla: La mantequilla sin sal a temperatura ambiente crea una miga tierna y jugosa.
- Huevos: Actúan como aglutinantes mientras añaden riqueza y estructura.
- Almendra molida: Potencia el perfil de sabor a frutos secos mientras aporta humedad.
- Extracto de vainilla: Complementa el sabor del pistacho con notas cálidas y aromáticas.
- Queso crema entero: Crea un glaseado sedoso con un ligero toque ácido.
- Azúcar glass: Se disuelve completamente para un glaseado suave y cremoso.
- Zumo de limón: Abrillanta el glaseado sin dominar el sabor del queso crema.
- Pistachos adicionales: Los frutos secos picados gruesos añaden textura y mejoran la presentación.
Pasos para hornear
- Prepara los pistachos:
- Tritura los pistachos hasta conseguir una mezcla de polvo fino y trocitos pequeños.
- Alista tus utensilios:
- Precalienta el horno a 180°C y engrasa dos moldes de 20 cm.
- Crea la base de la masa:
- Bate la mantequilla y el azúcar hasta que quede una mezcla ligera y esponjosa.
- Añade los huevos poco a poco:
- Incorpora los huevos uno a uno para mantener la estructura aireada.
- Incorpora los ingredientes secos:
- Añade con cuidado la harina tamizada, la almendra molida y los pistachos procesados.
- Agrega los potenciadores de sabor:
- Mezcla el extracto de vainilla justo hasta que se integre.
- Rellena los moldes:
- Divide la masa uniformemente entre los moldes y alisa la superficie.
- Hornea a la perfección:
- Hornea durante 25 a 30 minutos hasta que estén dorados y firmes.
- Periodo de enfriamiento:
- Deja que los pasteles se enfríen en los moldes durante 10 minutos antes de pasarlos a una rejilla.
- Prepara el glaseado:
- Bate el queso crema hasta que quede suave, luego añade el azúcar glass, la vainilla y el zumo de limón.

Mi abuela me introdujo por primera vez en la alegría de los pistachos cuando era niño. Solía comprarlos con cáscara y nos sentábamos juntos en su porche, abriéndolos y saboreando cada uno como si fuera un tesoro.
Ideas para servir
Este pastel de pistacho es perfecto como protagonista en meriendas. Sirve las porciones ligeramente templadas con una bola de helado de vainilla, o adórnalas con flores comestibles para una presentación visual impresionante.
Variaciones sabrosas
Añade una capa de pasta de pistacho casera entre las capas del pastel para intensificar la experiencia con los frutos secos. Para una versión inspirada en Oriente Medio, incorpora cardamomo a la masa y un toque de agua de rosas en el glaseado.
Conservación
Guarda el pastel en un recipiente hermético en la nevera. Sácalo a temperatura ambiente antes de servir para disfrutar del mejor sabor y textura. Las porciones individuales pueden congelarse sin glaseado hasta por un mes.

Este pastel de pistacho representa lo que más me gusta de hornear: transformar ingredientes simples en algo que genera auténtica alegría. El contraste entre el bizcocho jugoso con frutos secos y el sedoso glaseado de queso crema crea un equilibrio perfecto que incluso aquellos que dicen no tener debilidad por lo dulce encuentran irresistible.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo sustituir la margarina por mantequilla en esta tarta?
- Claro, puedes reemplazar la margarina por mantequilla en la misma cantidad. La mantequilla le dará un sabor más intenso, mientras que la margarina hace que el bizcocho quede un poco más ligero. Ambas opciones son perfectas.
- → ¿Cómo guardo los sobrantes de la tarta de pistacho?
- Coloca los sobrantes en un recipiente hermético en la nevera, donde se mantendrán bien hasta 3 días. Por el glaseado de queso crema, es necesario refrigerarla. Sáquela 30 minutos antes de servir para disfrutar de su mejor textura y sabor.
- → ¿Es posible congelar esta tarta?
- Puedes congelar las capas del bizcocho sin glasear durante 3 meses si las envuelves bien en plástico y papel aluminio. Sin embargo, el glaseado de queso crema no congela bien, así que es mejor añadirlo después de descongelar las capas.
- → ¿Dónde compro pistachos pelados para esta receta?
- Puedes encontrar pistachos pelados en la sección de frutos secos de la mayoría de los supermercados, en tiendas de alimentos especializados o en línea. Escoge los no salados para que vayan mejor con la tarta.
- → ¿Puedo hacer esta tarta de pistacho en formato cupcakes?
- ¡Por supuesto! Esta receta queda genial como cupcakes. Llena los moldes de cupcakes hasta 2/3 y hornea a la misma temperatura durante 15-18 minutos. Salen entre 18-24 cupcakes dependiendo del tamaño.
- → ¿Por qué mi glaseado de queso crema está demasiado líquido?
- Esto suele pasar si el queso crema está demasiado caliente o si lo has batido demasiado. Asegúrate de usar queso crema frío, mezcla solo lo necesario y, si sigue muy blando, refrigéralo durante 15-20 minutos antes de usarlo.