
Este gratinado cremoso y con queso transforma los espárragos en un acompañamiento reconfortante que se acaba en minutos en cualquier reunión familiar. La capa crujiente de galletas aporta un contraste perfecto con los espárragos tiernos y la suave salsa de queso.
Preparé este gratinado por primera vez para una comida compartida de primavera cuando tenía demasiados espárragos del mercado local. Esa noche tres personas me pidieron la receta, y desde entonces ha sido mi acompañamiento vegetal favorito.
Ingredientes principales
- Espárragos frescos: Tallos de color verde brillante con la textura ideal. Busca espárragos de grosor medio sin partes leñosas en los extremos
- Mayonesa: Aporta una cremosidad increíble. La versión normal funciona mejor para dar riqueza
- Queso cheddar fuerte: Añade profundidad de sabor. Rallado al momento se derrite más uniformemente que el comprado ya rallado
- Cebolla: Proporciona una base aromática. Escoge una cebolla firme con piel bien adherida
- Harina común: Espesa la salsa perfectamente. Mídela con precisión para mejores resultados
- Ajo fresco: Añade complejidad. Busca dientes firmes sin brotes
- Leche entera: Crea la consistencia perfecta para la salsa. A temperatura ambiente evita que se corte
- Galletas saladas: Crean una cobertura dorada irresistible. Las variedades con mantequilla van genial aquí
Instrucciones paso a paso
- Prepara la mezcla de espárragos:
- Corta los extremos leñosos de tus espárragos y córtalos en trozos de cinco centímetros. Colócalos en un bol grande junto con mayonesa y queso cheddar recién rallado pero no los mezcles todavía.
- Crea la base de sabor:
- Calienta una sartén a fuego medio y añade la cebolla picada con suficiente aceite para cubrir el fondo. Cocina las cebollas durante 5 minutos completos hasta que queden translúcidas y con bordes ligeramente dorados. Esta cocción lenta libera su dulzor natural.
- Haz el roux:
- Cuando las cebollas estén blandas, espolvorea el ajo picado y la harina directamente sobre ellas en la sartén. Remueve continuamente durante unos 2 minutos para que la harina cubra las cebollas y pierda su sabor crudo. La mezcla parecerá pastosa y algo dorada.
- Prepara la salsa:
- Con el fuego todavía a temperatura media, vierte la leche muy gradualmente mientras remueves sin parar. Esta adición lenta evita que se formen grumos. Sigue removiendo mientras la mezcla empieza a burbujear suavemente y espesa lo suficiente para cubrir el dorso de una cuchara. Sazona con sal y pimienta al gusto.
- Mezcla y monta:
- Vierte la salsa caliente sobre los espárragos, queso y mayonesa en el bol. Mezcla todo suavemente hasta que esté bien combinado y luego pásalo a un molde para horno de 23x33 cm. Espolvorea uniformemente las galletas trituradas por toda la superficie.
- Hornea a la perfección:
- Coloca el gratinado en un horno precalentado a 190°C durante 40-50 minutos. Sabrás que está listo cuando los espárragos estén tiernos al pincharlos con un tenedor y la salsa de queso burbujee por los bordes. Para conseguir una superficie más dorada, gratina durante solo un minuto, vigilando atentamente para evitar que se queme.

El ajo es mi arma secreta en esta receta. Aunque muchos gratinados de espárragos no lo llevan, descubrí que solo dos dientes añaden una profundidad increíble que hace que la gente se pregunte cuál es ese maravilloso sabor. Mi abuela siempre decía que un poco de ajo hace que las verduras canten, y esta receta le da la razón.
Magia de preparación anticipada
Este gratinado brilla como plato preparado con antelación. Puedes montarlo todo hasta el paso del horneado, luego cubrirlo bien y refrigerarlo hasta tres días. Cuando vayas a servirlo, simplemente mete el gratinado frío en el horno y añade unos 10 minutos al tiempo de cocción. Los sabores se desarrollan maravillosamente durante su tiempo en la nevera, lo que hace que sea una opción aún más deliciosa cuando se prepara con anticipación.
Sustituciones inteligentes
Esta receta acepta adaptaciones según lo que tengas disponible. Los espárragos congelados funcionan de maravilla, solo descongélalos y escúrrelos bien antes de usarlos. Si prefieres otro queso, prueba con Gruyère para darle sofisticación o con queso manchego para un toque diferente. La cobertura de galletas puede sustituirse por pan rallado mezclado con un poco de mantequilla derretida para obtener resultados igualmente deliciosos. Para una versión más ligera, sustituye la mitad de la mayonesa por yogur griego.
Sugerencias para servir
Este versátil gratinado combina estupendamente con pollo asado, jamón serrano o un sencillo bistec a la plancha. Para una comida completa, sírvelo con arroz o pan crujiente para mojar en la deliciosa salsa. Viaja bien a comidas compartidas y mantiene su temperatura cuando se envuelve en papel de aluminio y luego en un paño de cocina. Para una presentación elegante, decora con ralladura de limón fresca justo antes de servir para realzar los sabores.
La ventaja de los espárragos
Los espárragos están en su mejor momento en primavera, pero este gratinado los hace posibles todo el año. Al elegir espárragos, busca tallos firmes con puntas bien cerradas. El grosor importa menos que la frescura, que se evidencia por tallos que se rompen en lugar de doblarse. Si usas espárragos particularmente gruesos, plantéate pelar las partes inferiores para obtener resultados más tiernos. Esta verdura no solo sabe deliciosa sino que aporta ácido fólico, vitamina K y fibra, haciendo que este gratinado sea sorprendentemente nutritivo.

Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo preparar este plato de espárragos con anticipación?
Sí, arma el plato hasta el paso de hornear y guárdalo en el refrigerador por hasta 3 días. Hornéalo justo antes de servir para obtener mejores resultados.
- → ¿Es posible usar espárragos congelados en lugar de frescos?
¡Claro! Usa espárragos congelados descongelados o incluso enlatados y escurridos. Ajusta ligeramente el tiempo en el horno si hace falta.
- → ¿Cómo puedo hacer este plato sin gluten?
En lugar de harina, usa maicena. Mezcla 2 cucharaditas de maicena con leche antes de agregarla a la sartén. También reemplaza las galletas por una versión sin gluten o papas fritas aplastadas.
- → ¿Qué puedo usar en lugar de galletas Ritz?
Cualquier galleta mantecosa triturada, migas de pan o incluso papas fritas trituradas funcionarán como cubierta.
- → ¿Qué otros tipos de queso puedo usar?
El cheddar fuerte es un clásico, pero puedes probar con Gruyere, suizo o mezclar varios quesos si prefieres.