
La pasta alla Nerano combina calabacines fritos crujientes con queso italiano cremoso para una experiencia gastronómica inolvidable. Este plato vegetariano de Campania transforma ingredientes simples en algo extraordinario, dando un giro sofisticado a la pasta tradicional. La técnica de terminar la pasta en la salsa usando el método risotto garantiza que cada hebra absorba el máximo sabor mientras desarrolla ese característico recubrimiento aterciopelado que hace que este plato sea tan querido.
Descubrí este plato después de ver a Stanley Tucci hablar maravillas sobre él durante sus viajes culinarios por Italia. La primera vez que lo preparé para mi familia, hubo un silencio total en la mesa seguido de sinceras peticiones de repetir. El contraste entre los calabacines fritos ligeramente dulces y el queso salado derretido crea un perfil de sabor completamente adictivo.
Ingredientes Exquisitos
- Espaguetis: Aportan la textura ideal y superficie para capturar la salsa sedosa mientras ofrecen un buen mordisco.
- Calabacines: Deben ser medianos con pulpa firme y piel verde vibrante para freírlos perfectamente.
- Queso Manchego curado: Tiene el equilibrio perfecto de sal y complejidad mientras se derrite hermosamente en la salsa.
- Queso Parmesano: Añade profundidad umami necesaria y ayuda a espesar la salsa final.
- Albahaca fresca: Aporta frescura y elementos aromáticos que equilibran la riqueza.
- Ajo: Infunde el aceite con sabor esencial sin abrumar los delicados calabacines.
- Guindilla: Proporciona un calor sutil que realza toda la experiencia gustativa.
- Harina común: Crea el recubrimiento ligero perfecto que ayuda a mantener la estructura del calabacín tras freírlo.
- Aceite de oliva virgen: Forma la base del auténtico sabor italiano en este plato.
Creando Magia Culinaria
- Preparación del calabacín:
- Corta los calabacines en rodajas uniformes de aproximadamente 0,5 cm para asegurar una cocción homogénea. Espolvorea cada pieza con harina con delicadeza para crear apenas una ligera capa. Este recubrimiento sutil ayuda a mantener la integridad durante la fritura mientras permite que la verdura se caramelice correctamente.
- Preparación del queso:
- Ralla ambos quesos fríos para lograr la textura perfecta. Mézclalos en un solo recipiente para asegurar una distribución uniforme en el plato final. Mantén el queso refrigerado hasta que lo necesites para evitar que se derrita prematuramente.
- Fritura de calabacines:
- Calienta el aceite a unos 175°C antes de añadir los calabacines en pequeñas tandas. Observa cuidadosamente cómo se transforman hasta alcanzar una perfección dorada, normalmente tardan 2 minutos por lado. El objetivo es conseguir un exterior ligeramente dorado manteniendo la ternura interior. Deja que escurran bien el exceso de aceite sobre papel absorbente.
- Construcción del sabor:
- Calienta suavemente aceite con dientes de ajo enteros y guindilla hasta que suelten su aroma pero sin dorarlos. Retira estos aromáticos antes de continuar para evitar notas amargas pero dejando sus sabores esenciales en el aceite. Este aceite infusionado se convertirá en la base de tu salsa.
- Técnica de la pasta:
- Comienza a cocinar la pasta en agua generosamente salada hasta que quede bastante al dente. La pasta terminará de cocinarse en la salsa, absorbiendo sabor mientras libera almidón que crea la característica textura cremosa. Esta técnica de risottatura transforma la buena pasta en pasta extraordinaria.
- Integración final:
- Retira la sartén del fuego antes de añadir el queso para evitar que se separe. El calor residual derrite suavemente ambos quesos manteniendo sus propiedades cremosas. Remueve continuamente durante este proceso para lograr una emulsión perfecta sin grumos.

Mi abuela siempre insistía en que la calidad de los calabacines hace o deshace este plato. Me enseñó a buscar ejemplares más pequeños y firmes con mínimas semillas. Cuando se fríen perfectamente, los calabacines desarrollan un dulzor casi a nueces que transforma esta humilde verdura en algo trascendente. Nuestras reuniones familiares siempre incluyen este plato durante los meses de verano cuando el calabacín alcanza su máximo sabor.
Historia Fascinante
Esta emblemática pasta se originó en el pequeño pueblo costero de Nerano en Massa Lubrense. La leyenda cuenta que el Príncipe Pupetto visitó el restaurante Maria Grazia en los años 50 e inspiró un momento culinario creativo. Con solo calabacines, queso local y albahaca disponibles, nació una pasta legendaria. Lo que comenzó como improvisación rápidamente ganó fama en toda Italia y eventualmente en todo el mundo. La simplicidad de los ingredientes oculta la complejidad del sabor logrado mediante una técnica precisa.
Maridajes Complementarios
Los vinos blancos ligeros equilibran perfectamente la riqueza de esta pasta. Prueba servirla con pan rústico español para capturar cada gota de salsa. Una ensalada verde simple aliñada con limón y aceite de oliva proporciona un contraste refrescante a la pasta cremosa. Finas lonchas de jamón serrano pueden añadir otra dimensión para los no vegetarianos que buscan proteína adicional. Fruta fresca como melocotones o melón resulta un postre ligero ideal después de este satisfactorio plato principal.
Opciones de Personalización
Prueba con añadidos de marisco, verduras de temporada o adaptaciones dietéticas para ajustar este plato a tus necesidades. Añade gambas salteadas o calamares para una deliciosa variación proteica. Incluye guisantes frescos o tomates cherry para un toque de frescura estacional. Cambia el queso tradicional por alternativas veganas si es necesario.
Conservación Perfecta
Guarda las sobras en un recipiente hermético hasta tres días. Recalienta suavemente en una sartén antiadherente con un chorrito de agua o caldo. No uses microondas, ya que puede estropear la textura.

Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo usar otro tipo de pasta para este plato?
- Aunque la versión clásica lleva spaghetti, puedes usar bucatini, linguini o incluso pasta corta como rigatoni. Lo importante es optar por una forma que capture bien la salsa cremosa. Solo asegúrate de ajustar el tiempo de cocción; retira la pasta del agua unos 4 minutos antes de terminarla en la salsa.
- → ¿Qué puedo usar en lugar de queso provolone?
- Si no encuentras provolone, el caciocavallo es el reemplazo más auténtico. En su defecto, mezcla mozzarella baja en humedad con un queso más fuerte como pecorino romano. Lo importante es asegurarte de usar un queso que se derrita bien y tenga un sabor profundo.
- → ¿Puedo freír el zucchini con antelación?
- Sí, puedes prepararlos hasta con un día de anticipación y guardarlos en el refrigerador. Antes de usarlos, asegúrate de llevarlos a temperatura ambiente. No tendrán la misma textura crujiente, pero en la salsa prácticamente no notarás la diferencia.
- → ¿Por qué mi salsa no queda cremosa?
- El truco está en tres cosas: zucchini bien fritos que se deshacen parcialmente, agua con almidón de la pasta, y queso derretido en el momento justo. Añade suficiente agua de pasta (debe parecer un poco líquida antes de agregar queso), y siempre retira la sartén del fuego antes de añadir el queso para evitar que se enrolle o quede chicloso.
- → ¿Cómo puedo reducir el aceite en la receta?
- Para hacerla menos grasosa, seca bien los zucchini fritos con papel absorbente. Como alternativa, puedes hornear los zucchini empanizados a 220°C hasta que estén dorados. Aunque el sabor será algo distinto, seguirá siendo delicioso. Antes de servir, añade un chorrito de buen aceite de oliva para mantener esa textura rica.