
La pasta con salsa rosa transforma un plato tradicional en una experiencia culinaria artística, mezclando el sabor terroso de la remolacha asada con queso feta cremoso y ácido. Este colorido plato convierte ingredientes simples en un festín tanto para los ojos como para el paladar, creando una hermosa salsa rosada que envuelve perfectamente cada hebra de pasta. La dulzura natural de la remolacha equilibrada con el queso salado crea un perfil de sabor sorprendentemente delicioso que hace que este plato sea inolvidable.
Descubrí esta receta durante mi búsqueda para crear comidas coloridas y nutritivas para mis hijos. Cuando vieron la salsa rosa, sus ojos se iluminaron de curiosidad y, para mi alegría, pidieron repetir. Ahora se ha convertido en nuestra tradición de la 'pasta de princesa'.
Selección de ingredientes fundamentales
- Remolacha fresca: Busca remolachas firmes, de tamaño mediano con piel suave y color burdeos intenso. Las hojas frescas y crujientes indican que están en su punto. Las remolachas pequeñas suelen tener un sabor más dulce y textura tierna
- Queso feta de calidad: Elige feta auténtico griego o búlgaro hecho de leche de oveja, conservado en salmuera. El verdadero feta debe desmenuzarse fácilmente mientras mantiene su humedad. Evita las variedades pre-desmenuzadas porque carecen de la textura y humedad adecuadas
- Cabezas de ajo fresco: Escoge bulbos duros y pesados con piel apergaminada y ajustada. Cada diente debe sentirse firme al presionar. El ajo local suele ofrecer un sabor más intenso que las variedades importadas
- Pasta de calidad: Prefiere pasta cortada con molde de bronce para mejor adherencia de la salsa. La superficie debe verse áspera y polvorienta, no lisa y brillante
- Nata para cocinar: Elige nata con al menos 36% de grasa para la textura más rica. Las variedades ultra-pasteurizadas funcionan bien para esta salsa
- Tomillo fresco: Busca ramitas verde brillante con tallos flexibles. Las hojas deben estar firmemente unidas y ser aromáticas cuando se frotan suavemente
- Aceite de oliva virgen extra: Usa aceite prensado en frío, de origen único, con aroma afrutado y final picante. Esto realza el sabor de las verduras asadas
Preparando la pasta rosa perfecta
- Preparación de la cocina:
- Coloca la rejilla del horno en posición media y precalienta a 200°C. Reúne todos los ingredientes y utensilios, asegurándote de que todo esté al alcance. Forra una bandeja de horno con papel pergamino para facilitar la limpieza.
- Preparación de la remolacha:
- Frota las remolachas a fondo bajo agua fría, dejando la piel intacta para máxima nutrición. Recorta las puntas dejando un centímetro de tallo. Córtalas en cubos uniformes de 2,5 cm para un asado parejo. Mezcla con aceite de oliva y sazona con sal marina y pimienta recién molida.
- Transformación del ajo:
- Corta el cuarto superior de una cabeza entera de ajo, exponiendo todos los dientes. Rocía con aceite de oliva, permitiendo que se filtre entre los dientes. Envuelve firmemente en papel aluminio, creando un paquete sellado.
- Proceso de asado:
- Coloca los cubos de remolacha sazonados en una sola capa en la bandeja preparada. Pon el ajo envuelto al lado. Asa durante 35-40 minutos, volteando la remolacha una vez a la mitad, hasta que esté tierna al pincharla.
- Creación de la salsa:
- Transfiere la remolacha asada a una licuadora potente. Exprime los dientes de ajo asados directamente en la licuadora. Añade el queso feta desmenuzado, dejando un poco aparte para decorar. Vierte la nata caliente. Licúa hasta obtener una textura sedosa, ajustando la consistencia con agua de la pasta.
- Perfección de la pasta:
- Cocina la pasta en agua generosamente salada hasta justo antes del punto al dente. Reserva 1 taza del agua de cocción antes de escurrir. Devuelve la pasta a la olla y añade la salsa rosa gradualmente, mezclando suavemente hasta que cada hebra esté perfectamente cubierta.
- Montaje final:
- Remueve la pasta suavemente para incorporar cualquier salsa restante. Añade agua de la pasta cucharada por cucharada hasta alcanzar la consistencia deseada. Prueba y ajusta la sazón con sal marina y pimienta recién molida.

La parte favorita de este plato para mi familia es ver la transformación de una simple remolacha en una salsa cremosa y vibrante. La forma en que los azúcares naturales se concentran durante el asado crea una dulzura casi mágica que equilibra perfectamente la salinidad del feta.
Ideas para servir perfectamente
Presenta esta impresionante pasta en platos calientes, adornada con queso feta desmenuzado reservado, hojas de tomillo fresco y un chorrito de tu mejor aceite de oliva. Para ocasiones especiales, añade piñones tostados y un toque de hojuelas de chile para textura y picante extra. Sirve junto a una ensalada de rúcula crujiente aliñada con vinagreta de limón para contrarrestar la rica cremosidad.
Variaciones creativas
Transforma este plato usando diferentes combinaciones de queso - prueba con queso de cabra para notas más ácidas o mascarpone para extra cremosidad. Añade nueces o avellanas tostadas para crocante y profundidad de sabor. Para más proteína, corona con pollo a la parrilla o gambas salteadas. Crea una versión vegana usando anacardos remojados y levadura nutricional en lugar de lácteos.
Éxito en el almacenamiento
Guarda la pasta sobrante en un recipiente hermético en la nevera hasta 3 días. La salsa sola puede congelarse hasta 2 meses. Al recalentar, añade un chorrito de nata o agua de pasta para restaurar la consistencia cremosa original. Calienta suavemente a fuego lento, removiendo ocasionalmente para evitar que la salsa se corte.

Después de innumerables versiones de esta receta, puedo decir con confianza que esta pasta con salsa rosa se ha convertido en uno de mis platos estrella. Demuestra que a veces las combinaciones más inesperadas crean las comidas más memorables. La forma en que este plato une la comida reconfortante y la elegancia culinaria lo hace perfecto para cualquier ocasión, desde cenas familiares informales hasta celebraciones especiales. Cada vez que lo sirvo, recuerdo que cocinar es tanto un arte como una expresión de amor, y esta vibrante pasta rosa nunca falla en traer sonrisas a la mesa.
Preguntas Frecuentes
- → ¿Puedo preparar la salsa rosa con anticipación?
- Claro, podés asar las verduras y hacer la salsa hasta con 2 días de antelación. Guardala en la nevera y calentala suavemente cuando vayas a usarla.
- → ¿Por qué hay que tapar las verduras al asarlas?
- Taparlas con papel aluminio ayuda a que la remolacha y las chalotas se cocinen de manera pareja y evita que se sequen o se quemen, lo que da como resultado una salsa más suave.
- → ¿Con qué puedo reemplazar los rigatoni?
- Cualquier forma de pasta que retenga bien la salsa funciona genial - probá con penne, fusilli o orecchiette. Las estrías ayudan a que la salsa rosa se pegue mejor.
- → ¿Cómo evito las manchas de remolacha?
- Usá guantes cuando manipules remolacha y limpiá las superficies de inmediato. Utilizá utensilios de acero inoxidable y lávalos justo después de usarlos para evitar manchas.
- → ¿Puedo congelar la pasta con salsa rosa sobrante?
- La salsa se congela bien hasta por 3 meses. Guardala separada de la pasta y recalentala suavemente, añadiendo un poco de agua de cocción si hace falta.